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Nos enseñaron el agua,
el canto, el llanto y el sudor.
Nos enseñaron cómo hacer
para devolver una bofetada
con una mano
(pero predicando con la otra el contrario absoluto).
Nos enseñaron el mar, el aire
y el trigo.
Los poderes de la tierra.
(No hay niño que no haya conocido
la fuerza enseñadora de todo padre
y de toda madre tras ensuciar sus ropas
recién planchaditas.)
¿Pero por qué olvidaron las procesiones
de emociones
en el aire,
las oscuras horas de feliz
consuelo?
¿O qué hacer
cuando los días amenazan con
inquietas noches prietas de conciencia limpia?
¿Qué con la sangre absurda,
con el estigma del silencio en
la brevedad de una
mirada,
con la terca y diaria tiranía
de la boca ante el dolor?
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No nos enseñaron qué hacer
cuando la ficción ya no nos sirve de consuelo.
Ué
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...HjorgeV 20-07-2010
Ah, por cierto. En aprox. un mes se entregará una nueva edición del Nobel de literatura. Por qué no jugamos a adivinar los posibles favoritos.
Rpta.: Así como el dinero no compra el amor (dicen), el Nobel, como todo premio o galardón literario, no garantiza la calidad del trabajo del elegido ni su excelencia respecto a otros. Es más, en el Nobel está claro que el literario no es el primero de los criterios. Sin embargo, debo reconocer el esfuerzo por reconocer el trabajo de toda una vida y su importancia como ‘descubridor’ de autores poco conocidos. ¿El juego es a adivinar al posible ganador, a los favoritos de la Academia o a proponer un ganador? Saludos. HjV
¿Y por qué no los tres criterios?
Rpta.: Hola, Ramón Nipedo. Te respondo en la página principal. Saludos. HjV