EEUU: SENTADOS SOBRE UN ARSENAL

Había querido continuar hoy con la tercera parte de La esposa secuestrada, relato de las aventuras que le ocurren a nuestro amigo traductor e intérprete de la policía alemana, Jorsche Diga.

Pero eso no tiene prisa, como sí lo tiene lo que nos ocupa hoy.

Como todos ustedes, he leído, visto y escuchado las inquietantes noticias sobre lo ocurrido en Virginia. La verdad, no quisiera tener pasaporte coreano ahora.

Bromas macabras aparte, éste no es un tema fácil de tratar ni de discutir. Y es mucho más complejo de lo que parece.

Como me dijo hoy Israel Pérez, un amigo ecuatoriano, vecino de esta ciudad y escritor (que me disculpe haber acomodado un tanto su argumentación, pero la he hecho ya mía):

-Mira, Jorge, extrapolemos el asunto para ganar en claridad. Si no hubieran armas, las acciones de tipos así quedarían en un par o muchos pares de dientes rotos y ojos morados. Punto.

Para evitar hablar alrededor de conceptos (o simples animadversiones), aquí estos datos -concretos- sobre EEUU, tomados de la prensa alemana de hoy:

350 000 es el número de delitos con armas de fuego cometidos al año.

11 000 el de personas que mueren al año como consecuencia de ellos.

200 millones es el número de armas de fuego en manos privadas.

8 millones es el número de unidades nuevas anualmente.

1 a 2% es el porcentaje de solicitudes denegadas para portar armas.

4,2 millones es el número de socios de la Asociación Nacional del Rifle.

Es decir, no hay por dónde decir que se trata de un hecho casual en el que el sistema no tiene nada que ver y que el verdadero culpable fue la frustación o la desilusión amorosa. (Existe en todo el mundo.)

Deseo mostrar dos ejemplos de la barbarie a la que se ha llegado en ese país, horas después de acontecidos los hechos:

1. El rector de la universidad ya declaró -¡ALIVIADO!- que NO se trata de un ataque terrorista.

2. El presidente ya ofreció AYUDA FEDERAL para el caso.

Me he imaginado adornar este comentario con la caricatura del rector de esa universidad saliendo de un cráter del tamaño de la mitad de la Tierra y diciendo -aliviado-:

«¡Tranquilos, no se trata de un ataque terrorista!»

(Muy similar al «¡Lo tenemos todo controlado!» de Bush en Irak.)

La ayuda federal que el hijo de su padre, George W., le negó inicialmente a Nueva Orléans por Katrina, y que después llegó mal, ahora la ofrece, ¿para qué?

¿Para freír huevos?

Cuando una sociedad entera (y creo que el rector y el presidente son buenos representantes: el primero, de los más inteligentes, y el otro de, bueno, otro grupo) no quiere darse cuenta del arsenal sobre el que se encuentra sentada y duerme cada noche, a pesar de toda la formación académica, los logros en la ciencia, la tecnología, los viajes espaciales y de los ingentes medios económicos de que dispone y malgasta, ¿qué quinta pata hay que buscarle al gato?

A mí lo que me preocupa son las consecuencias de esta ceguera -casi absoluta- de las CLASES DIRIGENTES usamericanas en el resto del mundo.

A mí lo que me preocupa es ver cómo todas estas matanzas -aparentemente absurdas- no son sino también resultados de la ley que dictan los mercaderes y que ya ha empezado a regir la vida de todos los habitantes de este planeta: LA LEY DEL DINERO.

Porque por intereses económicos es que existen tantas armas en EEUU.

Por intereses económicos se deforma la realidad para tratar aún de obtener más ventaja económica. “Las armas no matan, es la gente” es el lema de los defensores de la venta libre de armas.

Hay que reconocerles el esfuerzo hecho para obtener un lema que a primera vista suena muy racional y lógico. ¡Como si las armas tuvieran su propia vida pacífica y absolutamente ninguna relación con la gente que mata… precisamente con ellas!

A mí lo que me preocupa son, básicamente, dos cosas:

Primero, el grado de INSENSIBILIDAD ante el dolor ajeno al que están llegando CIUDADANOS del llamado PRIMER MUNDO: guerras en otros países, pobrezas absolutas, futuro climático, comercio internacional injusto, hambre mortal.

Segundo, la galopante incapacidad para DISCERNIR LA REALIDAD VIRTUAL DE LA REAL, para diferenciar las figuritas de los videojuegos de las figuritas seres humanos reales.

Ejemplo de lo segundo lo he dado arriba con las funestas declaraciones de Bu(h)sh y del rector de la universidad. Es como si no estuvieran en la verdadera realidad, sino en otra donde no se usa la cabeza para pensar ni intentar solucionar los problemas.

Antes -tal vez, lo dudo- se trataba de difundir cierta forma de vida, ahora lo que le importa al HERMANO MÁXIMO es el dinero supersónico, la mentira veloz y rastrera, la ceguera más profunda y el poder sin réplicas.

Esta matanza da un triste ejemplo de las 4 cosas que acabo de mencionar.

Para que suceda algo como lo acaecido en Virginia y en otros lugares anteriormente, está claro que ALGO no funciona (en realidad se trata de mucho más, pero no es el caso ahora).

Y si nadie se hace esa pregunta y todos la esquivan, es que algo MÁS PROFUNDO no funciona.

Personalmente no tengo muy claro qué es, concretamente. Tengo, como muchos, diversas hipótesis. Pero tampoco es el caso.

Los problemas se empiezan a resolver (en la pareja, con uno mismo, en un equipo, en un país) cuando hay interés en resolverlos, aunque no se conozcan las soluciones ni se sepa claramente cómo es verdaderamente el problema.

Pero cuando no se quiere reconocer la existencia de un problema y lo que se busca inmediatamente es el maquillaje, entonces sí que se tiene un problema muy grave.

Pensemos diferente. No hay problema, me digo.

Pero por lo menos aceptemos que no es más posible aceptar a ciegas el modelo usamericano y sus secuelas.

No sin antes haberle revisado el pañal, por lo menos.

HjorgeV

Sinthern/Pulheim, miércoles 18-04-2007

P.D.: Aquí un pequeño ejemplo de lo que digo.

http://www.elpais.com/articulo/internacional/200/muertos/centenares/heridos/Irak/varios/ataques/coches/bomba/elpepuint/20070418elpepuint_20/Tes

Y una buena noticia de El País de hoy: http://www.elpais.com/articulo/espana/pistolas/elpepuesp/20070419elpepinac_21/Tes