INTENTOS (Poema)

.

La pata que se esconde

Tras la otra para caminar

.

La respiración de arriero que

Ob-Tengo cuando te persigo

A través de las habitaciones y las puertas

.

Son estelas astronómicas

Expuestas a la ira de los deseos

Son maderos, esponjas

Veneno azul nacido metal

.

Dos intentos me diera el dios

En el que no creo

.

En uno me quedaría contigo

.

En el otro

Jugaría

A volverte a inventar

.

.

HjorgeV 30-04-200

LA PATITA SUSAN BOYLE

Y EL CISNE SHAHEEN JAFARGHOLI

Para caer en el sueño coma (llamo así a ese saludable estado en el que se abandona de manera profunda y casi total el presente, el escenario circundante, la máscara y la actuación diarias, las coordenadas usuales del tiempo y la larga lista de responsabilidades personales) me agrada hacerlo leyendo.

Pocos momentos del día para mí como aquel en el que, con un libro todavía en mis manos, los diversos planos de la realidad convergen casi psicodélicamente en uno solo (el de la ficción de la lectura) y se dejan inundar por el torrente silencioso y apacible de la modorra y el cansancio dando paso a la realidad virtual de nuestra otra vida terrenal, la onírica, la de los sueños sueños son.

O cuando una idea acosa incesantemente nuestra mente, obsesionándola, y el cansancio del día se mezcla con el embotamiento y el tráfago mental, y nos dejamos deslizar suavemente al otro lado de nuestro particular espejo.

Ah, pero despertar es otro ejercicio.

Que también tiene sus particulares crueldades.

ENTREVISTA A SHAHEEN JAFARGHOLI

Menciono esto -de sueños y despertares- a propósito de un caso musical.

El de la escocesa Susan Boyle y su participación en el certamen canoro Britain’s got talent.

El mundo debe estar lleno –es una obvia exageración- de seres talentosos como ella.

Personas con talento comprobable en diversas artes, oficios y profesiones y que, sin embargo, muchas veces no consiguen abandonar la incubadora para conseguir desarrollarse como las excepcionalidades que son.

Y no me estoy refiriendo solo al ámbito del arte, en este mundo en el que la alta especialización académica se disocia cada vez más de las posibilidades del mercado del trabajo y de las necesidades reales de la población.

¿Qué siente un talento escondido y desconocido?

(¿Qué sentía Potts? ¿Qué siente ahora cuando piensa en esos días?)

¿Amargura, resignación?

Indiferencia seguramente no.

Aunque tampoco deben faltar aquellos con la suficiente madurez como para aceptar que lo que divide el éxito (se suele considerar el comercial como el único válido con una naturalidad que no tiene nada de natural) de su ausencia, no es nada que se pueda definir con clara nitidez.

Ni siquiera con aproximación, muchas veces.

Ejemplos hay a montones en este mundo.

¿Cuántos magníficos pintores, bailarines, dibujantes, cantantes y otros maestros en su propio arte viven el día a día viendo cómo otros sí se llevan los laureles de la popularidad y, a veces, del éxito comercial sin que se lo merezcan realmente?

El caso de Susan Boyle es también un producto de los medios de comunicación, un producto comercial más.

De unos medios en los que cada vez más prima el sensacionalismo y la persecución del dios Dinero a más o menos cualquier precio.

Para que nos entendamos mejor: la señorita Boyl no canta nada mal.

Al contrario: canta divinamente.

Pero el suyo –arguyo- es el típico y trillado caso del Patito Feo.

(Después de las vacas locas, la fiebre del pollo y esta influenza o gripe porcina, se me ocurre un chiste negro, o sea, perverso: deberíamos alegrarnos porque muchos animales más no faltan en la lista de aquellos que llegan a parar al circuito de nuestra digestión.

Sin contar al caballo, ni al perro ni al gato, se entiende; puesto que no estamos en China.

Oh, error: no he contado a los peces ni a los moluscos.)

El 11 de noviembre de 1843, el escritor danés Hans Christian Andersen publicó uno de sus más famosos cuentos. Una metáfora de varias características de nuestro limitado ser.

Este es el inicio de El patito feo:

¡Qué lindos eran los días de verano! ¡Qué agradable resultaba pasear y ver el trigo amarillo, la verde avena y las parvas de heno apilado en las llanuras!

Es el eterno relato del perdedor que termina triunfando cuando nadie (ya) lo espera.

Es una de las historias preferidas de la especie humana.

(¿No es acaso la resurrección de Jesucristo, según el relato del cristianismo, un ejemplo extremo de la misma estructura narrativa?

Ejemplo absolutamente extremo, digo, porque el Nazareno se convierte en cisne recién después de la muerte. Algo obviamente vetado a los humanos que tenemos que contentarnos con el buen puñado de décadas que nos regala la vida para tratar de conseguirlo.)

Por otro lado, llegar a la fama mundial en menos de una semana es algo que sucede rara vez.

Le puede suceder a una película impactante, a un deportista especialmente exitoso o a un político por alguna razón especial.

Ni siquiera en el mundo de la música y a pesar de la densa urdimbre social intercomunicada que ha creado la Red (perdonen la redundancia), abundan los casos en los que un grupo o un artista en solitario alcanza la fama de la noche a la mañana.

Vamos, en una semana, como Susan Boyle.

(Tal vez los Beatles lograron hazaña parecida en una época en la que la Red todavía era ciencia ficción real, la televisión solo existía en blanco y negro, y sus mejores medios de difusión lo constituían la radio y esas piezas redondas y planas de vinilo que muy pocos de los jóvenes de hoy han tomado entre sus manos.)

¿Quién es Susan Boyle?, tal vez se esté preguntando alguno.

Una cantante aficionada que ha conseguido que la grabación de su actuación en el concurso arriba mencionado haya sido visitada más de 100 millones de veces en el portal YouTube.

100 millones, linda cifra.

Para los que no hayan oído hablar de ella (y también para los que ya lo hayan hecho, pues puede darles una mejor idea de la continua trampa que nos suelen tender nuestros propios sentidos) propongo un experimento.

Es sencillo, pero se necesita la ayuda de otra persona.

Se trata de escuchar con atención y con los ojos cerrados la siguiente canción.

(La ayuda es para evitar ver el rostro de Susan Boyle al momento de activar la canción. El oyente debe cerrar los ojos y la persona que ayuda debe hacerlo por ella.)

http://www.dailyrecord.co.uk/news/scottish-news/2009/04/16/exclusive-susan-boyle-s-first-ever-song-release-revealed-listen-to-it-here-86908-21283564/

El tema lleva el jugoso título de Cry me a river y fue incluido en 1999 en un disco con fines benéficos del cual solo se imprimieron 1.000 copias.

¡Hace diez años nada menos!

Mientras alguno de los lectores se apresta a hacer el experimento (la pregunta es: ¿qué rostro o tipo de mujer se imaginan cuando escuchan la canción?), termino este intermedio musical haciendo una salvedad.

En el mismo concurso británico ha surgido un serio rival de Susan Boyle.

Se trata de Shaheen Jafargholi.

No es feo, pero sí un patito de apenas 12 años.

Mi abuela que era creyente y que ahora allá arriba lo debe saber mejor, lo habría dicho con una sencilla expresión:

Canta como los ángeles.

Pueden quedarse con la boca abierta aquí.

A Susan Boyle, por otra parte, le auguran ya cierto gran futuro comercial:

Se presentaría en el programa de (una tal) Oprah Winfrey y esta le daría la oportunidad de grabar un álbum con el cual llegaría muy fácilmente a los primeros lugares de las listas de EEUU y Gran Bretaña. Por lo menos.

Ignoro si en el fragor de la fama y el ajetreo de las monedas a cambio de su voz, Boyle recuerde sus años de ayudante de cocina, desempleada y sin haber sido nunca besada.

No sé si alguien -alguna vez- la besará de forma sincera y honesta.

Y desinteresada.

Pero no puedo dejar de pensar en el fin del cuento de Andersen, cuando el patito ya es un cisne aclamado y admirado, y piensa en los tiempos pasados:

-Jamás soñé que podría haber tanta felicidad allá en los tiempos en que era solo un patito feo.

HjorgeV 28-04-2009

BALANCES (Poesía)

….

Pierdo en la mirada

Pierdo en las pisadas, en los abrazos

Pierdo en el rencor

En la flor que escapa

Rauda hacia los ojos del que la admira

….

Pierdo en la prisa

Cuando los caminos se descalzan

A tu paso

….

Pierdo en la memoria

Obvia del rubor

Pierdo en lo que es mío

Aún antes de pasar a pertenecerte

….

Pierdo en todo

En el vértigo que urdes

Para perderme

En ti

….

En la lágrima y el escudo

En la brújula y la mirada

En Petrarca y su Laura de

Laureles inventada

….

Pierdo que pierdo lo perdido

Pierdo que te pierdo ya perdida

Pierdo en la burbuja

….

En el último dado de aire

Pérdida que le pierdo a lo perdido

….

….

HjorgeV 26-04-2009

FERNANDO LUGO: PADRE NUESTRO

Esta es la historia de un sacerdote que jamás pensó que alguna vez sería incapaz de resistir al llamado de la carne.

La historia de un hombre que abrazó la religión sin saber que alguna vez la abandonaría para llegar a ser presidente de su país.

Aún es obispo de celibato obligado cuando conoce a una mujer 30 años menor que él.

Cuando peca, aunque no es la primera vez que siente la tentación de plegarse al llamado del deseo, se asombra por su casi absoluta impotencia ante la fuerza de la libido.

(El pecado no está en el acto mismo: sublime, sexual.)

Cuando el deseo lo urge con tal violencia que llega a verlo como un designio divino y se acuesta con una jovencita que ha llegado a él atraída por su carisma, no sabe que alguna vez se presentará en la televisión como presidente de su país para confesarlo.

Menos sabe que esta confesión incluirá reconocer la paternidad de un niño de dos años.

(Y tal vez pronto la de dos más: Padre nuestro, que estás en los cielos del poder.)

Tampoco, que se ha visto obligado a mentir antes públicamente negándolo todo.

Al llegar al poder este hombre de izquierda honrado y honesto como pocos, anuncia al mundo que quiere que su país sea conocido por su honradez y no por su nivel de corrupción, uno de los peores del mundo.

Pero este hombre tiene un secreto.

Ese. Y otro más.

Y -por lo menos- aún otro más.

Cuando el primero se descubre, porque la madre reclama públicamente que el presidente de su país reconozca su paternidad, piensa que tal vez puede contrarrestar el vendaval y miente, olvidando que una mentira siempre busca su descendencia y suele encontrarla para nutrirse de ella.

Es una anécdota que se tiene que repetir por miles en el mundo sacerdotal de todo el planeta cada día porque el sacerdocio no garantiza la desaparición ni la represión total de la sexualidad.

La historia de este sacerdote es de novela.

Aunque no sería la primera vez que el dios Sexo decida los destinos de todo un pueblo.

Un año antes de descubrirse su triple secreto y poco antes de ganar las elecciones de su país en el 2008, Lino Oviedo, un ex general que estuvo en la cárcel y en el exilio (para evitar la primera), acusado de golpe de estado y magnicidio, le profetiza una extraña situación.

Poco después de ser ungido presidente, el sacerdote será asesinado y se acusará a Oviedo de haberlo realizado.

La muerte del sacerdote presidente no ha ocurrido.

Pero su muerte política puede estar cerca.

La madre de uno de sus hijos afirma que empezaron a frecuentarse cuando ella tenía 16 años.

(Una fiscal ha señalado que como delito ya habría prescrito.)

¿Hasta qué punto no es este el asesinato del que hablaba Oviedo?

Los cambios que Paraguay necesitaba y necesita urgentemente, y que el presidente y ex sacerdote se había propuesto realizar, pueden volver pronto a la lista de espera que tanto le conviene a ciertas élites locales.

Tal vez uno de sus peores errores ha sido el aceptar pasar por un test de paternidad.

Porque al hacerlo está lanzando los dados al aire con la esperanza de salir favorecido bajo la apariencia de no temer a la verdad.

Pero, de paso, está poniendo en duda la afirmación de una mujer con la que se acostó cuando todavía era sacerdote y a la que le habría prometido colgar los hábitos por ella.

Nuestro hombre terminó colgando los hábitos por la política.

Sus hábitos sexuales (pasados) pueden haber terminado colgándolo políticamente a él.

Esta es la historia de un hombre que siendo obispo quiso ser presidente.

Esta es la historia de un hombre que queriendo lo mejor para su pueblo, quiso ocultar las páginas prohibidas de su pasado como sacerdote católico.

Esta es la historia de un hombre, de un ser humano.

…..

HjorgeV 25-04-2009

Fuentes:

http://www.elpais.com/articulo/internacional/vida/sexual/Lugo/desata/crisis/politica/Paraguay/elpepuint/20090424elpepuint_15/Tes

http://www.dw-world.de/dw/article/0,2144,3283282,00.html

http://www.elpais.com/articulo/internacional/Lugo/reconoce/tuvo/hijo/era/obispo/elpepiint/20090414elpepiint_4/Tes

http://es.wikipedia.org/wiki/Lino_Oviedo

http://www.elcomercio.com.pe/noticia/276265/sombra-sospechas-se-posa-sobre-presidente-paraguayo-fernando-lugo

http://www.elcomercio.com.pe/noticia/276558/tercera-mujer-atribuye-otro-hijo-al-presidente-paraguayo-fernando-lugo

DIMENSIÓN ABSOLUTA (Poesía)

….

Sosiego del día transcurrido ajeno a las horas.

….

Sentir cómo exhalas el aire cuando duermes

(sé que son palabras

articuladas en otro universo).

Boca.

Sopesar tus pestañas y la importancia de tus

gestos mínimos.

Mínimos.

….

Sobrevivir a tu lado hasta al amanecer para descifrar cuál es el

idioma que juega en tus ojos

en el torbellino de la nueva luz.

….

Hay días que no bastan

para la vida.

Horas en las que las ganas de respirar

no alcanzan ni para una limonada.

….

En el sueño te resarces.

Lo sabes. Y duermes plácida.

….

Sueño.

Perdición noctámbula diaria.

Muerte por horas.

Eternidad horizontal y limitada.

Refugio del miedo diurno.

Confrontación de fuerzas

en la psicodelia onírica.

….

Sueño.

El lugar de todas las vidas.

Frenesí iluso.

La dimensión absoluta donde te poseo

ahora.

….

….

HjorgeV 23-04-2009

«EXTERMINAD A TODAS LAS BESTIAS»

EN «HONOR» A LA VERDAD

Los que conocen esta bitácora inútil e inservible saben que me esfuerzo por fundamentar lo que digo y mostrar la fuente de la cual he obtenido la información.

Recorriendo la prensa diaria (de varios países), no es muy difícil llegar a la conclusión de que muchas veces se olvida el código deontológico del periodismo.

De lo poco que he podido observar sobre la insondable conducta humana creo distinguir tres puntos claros.

  1. Nuestro incansable empeño por acomodar y maquillar la historia (el pasado mediato e inmediato), y lo que nos va sucediendo, a nuestra forma actual de ver las cosas;
  2. nuestra tendencia permanente a apoyar por otros medios (que no son los de la razón) nuestros puntos de vista: desacreditando al oponente o burlándonos de él y aplaudiendo al que piensa como nosotros o atribuyéndole más cualidades de las que tiene; y
  3. nuestra irrefrenable tendencia humana a tomar partido por algo y actuar en concordancia.

IMÁGENES DEL BOICOT A LA CONFERENCIA DE LA ONU

A lo primero, de paso, habría que añadirle nuestra manía por justificar nuestra conducta y nuestros hechos de tal manera que aparezcan como parte de un sistema coherente.

Así, el que atropella a alguien suele convencerse (y tratar de convencer a los demás) de que ha sido toda la culpa del atropellado.

El maestro o la profesora parte de que la culpa de no haber entendido la lección es de los discípulos.

El infiel llega a la conclusión de que lo ha sido porque no le quedaba otro camino o se vio obligado a ello.

¿Estoy afirmando, en otras palabras, que el ser humano muestra a todas luces una fuerte tendencia a la mentira?

Sí, es mi opinión.

Ojo, hablo de una tendencia.

Y eso independientemente de su nacionalidad (origen geográfico), raza y entorno familiar.

(La familia en la que nacemos decide así al azar –por lo menos hasta la primera juventud- nuestro estrato social y nuestras posibilidades económicas, de manera prácticamente irreversible e independiente del nivel de desarrollo del país al que pertenecemos.)

A maquillar y acomodar el relato de los hechos de acuerdo a nuestra conveniencia o a nuestra forma (actual) de ver las cosas.

Creo que a esta manía y tendencia conductual escapan muy pocos.

¿Somos todos unos mentirosos?

Afirmo que sí.

Y que la medida en la que lo somos, y su relativa elegancia, dependen de ciertos aspectos culturales y educativos, y de la existencia o no de principios.

No quiero decir que reconozco la relación directa entre estos elementos. Y me imagino que la veracidad es tanto una actitud como una costumbre.

Por otra parte, explayarse sobre la relación que existe entre el grado de cultura y la existencia de principios conductuales sería un tema interesantísimo de tratar y en el que alguna vez me gustaría incurrir.

(¿Ser pobre, es decir tener por lo general menos acceso a la cultura, implica irreversiblemente tener menos principios?, podría ser una pregunta interesante en una discusión así. Una para la que se me ocurre inmediatamente un par de nombres: Madoff, el mayor estafador de la historia; Fujimori, el recientemente condenado ex presidente de mi país. Etcétera.)

Bien.

Digo todo esto a propósito de varios temas que han atraído mi atención en estos días, dos de ellos de absoluta actualidad.

ANTIDOPAJE: EN HONOR A LA VERDAD

Creo que no hay tema en el que más se mienta, se tergiverse y se engañe en todas las direcciones cardinales que en el asunto del dopaje en el deporte.

Todos saben que existe.

Que se practica, incluso, con ayuda y sostenimiento estatal.

Entre otras razones -aparte de los continuos destapes y las imposibles marcas- porque no habría otra forma de explicar el negocio multimillonario de ciertas drogas que permiten incrementar el rendimiento físico.

Sin embargo, muy pocos de los involucrados quieren reconocer que el rey está desnudo.

Dice un artículo de El País de hoy:

España zanja así un debate envenenado, en el que algunos países, algunos deportes al completo, como el fútbol, y algunos deportistas, como los tenistas Rafa Nadal y Andy Murray, criticaron el excesivo rigor del organismo mundial antidopaje.

Como soy un apasionado del balompié (la versión original y no comercial del fútbol: es decir, no me interesa quién gane, sino la calidad del juego como arte, deporte y ajedrez pedestre), también sigo las incidencias de su hermano pecuniario en los medios.

Y hasta ahora no he leído ninguna queja de ningún futbolista sobre el supuesto excesivo rigor de las nuevas reglas antidopaje.

Sé que se han quejado algunos tenistas de la élite. Y algunos ciclistas. Muy discretamente, se entiende.

Y que otros, como Roger Federer, apoyan las nuevas reglas.

Pero, ¿afirmar «deportes al completo» como hace El País?

Salvo, claro, en el caso del fútbol, que la opinión de Blatter pueda considerarse como un deporte al completo.

¿Se ha quejado el emperador de la asociación de estructura mafiosa y aparentemente no delictiva llamada FIFA?

(¿Qué harán los directivos con los cientos de millones que recauda esa entidad cada año? ¿Negocios?)

Lo curioso es el argumento más común para quejarse contra el control antidopaje.

La intimidad.

Las mismas estrellas que viajan por todo el mundo, dan entrevistas, son fotografiados y filmados, hacen publicidad comercial y se presentan en la televisión, exigen ahora intimidad.

Bueno, alguien podría decir: “Justamente por eso”.

Y otro ha dicho intentando argumentar: “En el tenis no sabes dónde vas a estar mañana.”

¿Quién sabe con toda certeza dónde estará mañana o en una hora?

¿Tiene alguien un pañuelo para secar mis lágrimas de compasión?

MOZART Y SALIERI

Y ya que estamos en el tema de la mentira, y antes de pasar a otros de más enjundia, debo decir que me he quedado muy impresionado con las largas líneas que me ha escrito un lector de esta bitácora refiriéndose a las imprecisiones de la película Amadeus de Milos Forman.

«Muy interesantes tus apreciaciones», le había escrito, respondiéndole. «Ahora tendrías que demostrarlo fehacientemente».

Y el lector -Alexander- lo ha hecho.

De forma fascinante.

Lo pueden apreciar aquí, de paso que se lo agradezco.

EDUARDO GALEANO, CHÁVEZ, OBAMA

Nuestra tendencia a tomar partido (lo cual no significa necesariamente que nuestra conducta sea consecuente y coherente al hacerlo) nos lleva irremisiblemente a una misma trampa.

A la de no querer ver o reconocer -o negarnos a hacerlo tan fácilmente- las virtudes del oponente.

Cuando el antipático Chávez hace algo bueno (y parece que ha hecho y hace muchas cosas buenas por su país, como otras malas también) no puede ser verdad.

Personalmente, desconozco o solo conozco superficialmente el caso venezolano (no he estado nunca en Venezuela y he leído muy poco sobre ese país).

Como sí leo los diarios más importantes de España, Alemania y de mi país –el Perú-, suelo ser testigo de la constante campaña de desprestigio de la que es víctima (y azuzador él mismo) el que suele ser llamado ‘dictador’.

Sin saber u olvidando que se mantiene en el cargo de presidente tras ganar más de media docena de elecciones que ningún organismo internacional ha descalificado hasta ahora. Es decir, no es un dictador.

O lo es tanto como lo fueron Bush o Putin.

Hay quien ha llegado a atacar a Obama por haber aceptado públicamente un regalo del impresentable Chávez.

¡Qué error! ¡Qué vergüenza!, habrán exclamado otros.

Si creo haber aprendido algo de la historia mundial, es lo siguiente.

La simpatía o antipatía de los dirigentes sociales de este planeta tiene poca o nula relación con sus logros y metas propuestas.

Hitler era considerado un tipo simpático y tranquilo por sus vecinos.

Y me imagino que lo mismo se puede decir de más o menos la gran mayoría de los dirigentes de masas de todas las épocas y latitudes.

Personalmente, con Chávez me voy con cuidado, pero no porque sea antipático, impresentable y provocador, sino porque he notado que gran parte de los grandes medios de comunicación muestran un gran interés en presentarlo así.

Lo cual significa que hay intereses muy fuertes que desean desprestigiarlo.

¿Por qué?, sería la primera pregunta.

ALEMANIA BICOTEA CONFERENCIA ANTIRACISMO DE LA ONU

Mientras un ex director de la CIA defiende las torturas (su aplicación, obviamente, y no su recibo), Alemania anunció ayer y luego cumplió su anuncio de boicoteo a la Conferencia Antirracismo de la ONU.

Sí, nada menos que de las Naciones Unidas.

¿A realizarse en dónde?

¿En Irak, Egipto, Libia o Turquía?

No, en Suiza.

En el corazón de Europa, por así decirlo. En el país que tiene las manos bastante sucias de (contar, por lo menos) billetes del narcotráfico, de la evasión de impuestos, la prostitución y el tráfico de personas, así como de las ganancias por criminales especulaciones financieras por todo el mundo. (Las que ya saben.)

Es decir, el planeta al revés.

El temor era que algunos países islámicos usaran la conferencia para atacar (verbalmente, se entiende, no al estilo Gaza) a Israel.

En el 2001 en Durban, Israel y EEUU abandonaron la conferencia por el mismo motivo.

Esta vez se les ha unido -profilácticamente además- Alemania, Holanda, Canadá e Italia.

LA COARTADA TIENE UN NOMBRE: AHMADINEYAD

Una conferencia sirve para exponer los propios puntos de vista.

Es decir, se trata de una herramienta democrática, donde no existe el derecho a veto de las opiniones.

Cuando leí ayer que Alemania estaba a punto de boicotear con su ausencia la Conferencia Contra el Racismo de las Naciones Unidas me asombré sobremanera.

¿Alemania, este país de los individuos que asesinaron a unos 6 millones de judíos entre otras razones por simple racismo, negándose a acudir a un foro internacional contra el racismo?

Pero sí. Era cierto.

Luego salió el presidente de Irán a la palestra y su discurso –se dice- le dio la razón a la actitud de los boicoteadores.

¿Bien o mal?

No lo sé.

Lo que sí creo poder afirmar es que si ese mismo espíritu boicoteador lo hubieran mostrado Alemania y los demás países nombrados en más de un momento de nuestra historia mundial reciente, ahora no tendríamos dos países desvastados y a punto de caer en la anarquía o bajo el control de traficantes de drogas (Irak y Afganistán).

Aparte de que tampoco tendríamos la Vergüenza de Gaza, por ejemplo.

La matanza de más de 1.315 palestinos, entre ellos 410 niños, 108 mujeres y 118 ancianos en un asedio criminal de varias semanas a un millón y medio de personas.

(Por el lado israelí murieron 13 personas, tampoco hay que olvidarlo a pesar de la abismal desproporción numérica.)

¿Cómo justificarían (maquillarían) los alemanes su flagrante y nueva metida de pata?, fue lo primero que me pregunté.

(De allí el inicio de esta entrada.)

Pero entonces, vino Ahmadineyad y les salvó el pastel.

Sí, esta es la explicación que dan los medios de comunicación aquí en Alemania.

Como si la palabra de una sola persona en un foro no se pudiera rebatir y demostrar que para eso sirven ese tipo de reuniones internacionales: para discutir y avanzar, refutar y argumentar.

Pero, no.

Alemania –sus dirigentes políticos actuales- ha tomado partido por Israel y entonces, ya lo decía al comienzo, más o menos todo vale.

(Ahora leo que más países se han sumado al boicot y que el vicepresidente de Israel ha comparado a Irán con la Alemania de Adolfo Hitler, armándose un bolondrón tremendo.)

Para terminar, me permito incluir un extracto del artículo que el filósofo, lingüista y analista político Noam Chomsky (de origen judío) escribió sobre la invasión de Gaza:

Un año antes, el ex rabino jefe sefardí escribió al primer ministro Olmert, informando que todos los civiles en Gaza son culpables colectivamente por los ataques con cohetes, de modo que “no existe absolutamente ninguna prohibición moral contra la matanza indiscriminada de civiles durante una masiva ofensiva militar potencial contra Gaza orientada a detener los lanzamientos de cohetes,” según la información del Jerusalem Post sobre su veredicto. Su hijo, rabino jefe de Safed, entró en más detalle: “Si no se detienen después que matemos a 100, tenemos que matar mil, y si no se detienen después de 1.000, debemos matar a 10.000. Y si no se detienen debemos matar a 100.000, incluso a un millón. Todo lo que sea necesario para hacer que se detengan.”

Esto último es como piensan muchos israelíes, pero también más o menos lo mismo de lo que se le acusa de pensar y decir al presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad respecto de Israel.

El título del artículo era “Exterminate all the Brutes”.

La traducción –«Exterminad a todas las bestias”– de Germán Leyens léyensela aquí.

Perdón por la errata, pero es que, o sea, al momento de escribir, no, no, sí, sí, yo lo sé, pero es que, quiero decir que justo al momento, o sea, vamos, ¿no?

…..

HjorgeV 21-04-2009

MIS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA

El libro me lo recomendó mi profesora de alemán, una alemana alta como una valla publicitaria, quien además era una mujer casada y yo su amante.

Salíamos a las calles de Lima como dos personas que no se conocen pero llevan el mismo y exacto rumbo, sin asombrarse por ello.

Frecuentábamos cafés y restaurantes para turistas o aquellos establecimientos que vivían del tráfago de empleados y oficinistas en las llamadas horas punta del día.

Entre las tropas extranjeras o en las mesas vacías que dejaba la caterva de la corbata y el apuro al comer, buscábamos la placidez del anonimato.

Decía que solo sentada podía pasar un poco desapercibida.

EDUARDO GALEANO (MONTEVIDEO, 1940)

Entonces no lo advertía -tan atento como estaba a mis propias percepciones-, pero ahora puedo percibir casi fisiológicamente en el recuerdo la alta tensión eléctrica que debía sentir a mi lado como esposa infiel.

(Quien sabe de esos temas sabe también del efecto de esa tensión sobre el cuerpo.)

Su infidelidad no era muy varia.

Se dedicaba a mantener mi mano como un pajarito herido entre las suyas debajo de las mesas, traducía mis poemas a su lengua, me robaba de vez en cuando un beso en la oscuridad sin conocer del todo las instrucciones del uso oscular.

Cuando me abrazaba con fuerza, sorprendiéndome y sin que yo pudiera corresponder a su cariño, me hacía sentir el ser más vil entre los más desagradables insectos y alimañas.

Un día me habló de un libro que yo desconocía.

Estaba en alemán y ella me leía en su lengua pasajes enteros de él en nuestros encuentros o me señalaba los titulares de los diarios en los quioscos de la ciudad.

Entonces, me repetía los títulos de las dos partes del libro:

“La pobreza del hombre como resultado de la riqueza de la Tierra”.

«El desarrollo es un viaje con más náufragos que navegantes”.

Cuando lo leí posteriormente en su lengua original, me saltó a los ojos su vena poética, su fuego chispeante y su densidad narrativa.

El libro había sido prohibido en la patria del autor, Uruguay, y en el largo Chile de Pinochet. Acaso también en la Argentina, no lo sé.

Era un ensayo periodístico hecho con un lenguaje altamente poético y técnicas efectistas. Una lectura que impresionaba de arranque por su fervor y apasionamiento, además de por sus asertos en la visión pedagógica de la historia.

Hoy leo que abrió los ojos de muchos jóvenes de generaciones pasadas y se le llegó a llamar la Biblia Latinoamericana.

En inglés el libro lleva un subtítulo más atrevido:

Cinco siglos de pillaje de un continente.

Por la misma fuente me entero también de que Isabel Allende ha prologado las últimas ediciones y que cuando se vio obligada a salir de Chile el libro formó parte de su escaso equipaje.

Traduzco libremente:

“después del golpe de 1973 no pude llevar muchas cosas conmigo: un poco de ropa, fotos de familia, un pequeño saco con tierra de mi jardín, y dos libros: una vieja edición de las Odas de Neruda y el libro de la cubierta amarilla, Las venas abiertas de América Latina”.

(Al usar el Traductor de Google porque he dudado con la palabra dirt -solo conocía la acepción ‘suciedad’-, compruebo que la herramienta googliana lo ha hecho bastante bien, teniendo en cuenta su ser o naturaleza:

«after the military coup of 1973 I could not take much with me: some clothes, family pictures, a small bag of dirt from my garden, and two books: an old edition of the Odes by Pablo Neruda and the book with the yellow cover, Las Venas Abiertas de América Latina.»

«después del golpe militar de 1973 no podía tener mucho conmigo: algo de ropa, fotografías familiares, un pequeño saco de tierra de mi jardín, y dos libros: una antigua edición de las odas de Pablo Neruda y el libro con la cubierta amarilla , Las Venas Abiertas de América Latina «.

Ignoro si la cita es textual. La Wikipedia no lo consigna así.)

El golpe de estado cívico-militar del 27 de junio de 1973 obligó a su autor a partir al exilio.

Atrás dejó un Uruguay con partidos políticos y sindicatos prohibidos, persecución y asesinatos de la dictadura dirigida por Juan María Bordaberry y las Fuerzas Armadas de su país.

El texto del decreto presidencial golpista que pretendía justificar la barbarie  incluía esta frase del siglo:

«la realidad político-institucional del país demuestra un paulatino, aunque cierto y grave, desconocimiento de las normas constitucionales»

El comienzo del artículo que me llevó a los recuerdos de las líneas iniciales de esta entrada dominical es el siguiente:

Sólo unas horas necesitó el libro Las venas abiertas de América Latina, del escritor uruguayo Eduardo Galeano, para pasar del puesto 60.280 al décimo de la tabla de ventas del portal Amazon.

Acabo de comprobar que esto último ya no es cierto.

Ya se encuentra en el 7º lugar, ahora, 07:56 de la mañana de este domingo que amaneció nublado y lúgubre y que ha empezado a descubrir al astro Sol como un niño agradecido.

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HjorgeV19-04-2009

LA TARDE DE LOS PATOS BUENOS (Poesía)


Recordaré la tarde que me llevaste a ver

Los patos buenos

La cabaña de cristal con su ojo sangrante

Auscultaba todos nuestros pasos

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Recordaré unas botas, un perfume a plástico

Las reverencias a la naturaleza misteriosa y desconocida

En la prisión de las horas volveré a repasar

El olor del humus, el sonido de las ramas

Que quebrábamos a nuestro paso

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Todo pudo ser verdad o mentira:

El dios de la incertidumbre es benévolo y

Siempre cede la última palabra

Al visitante que acaba de llegar

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Todo pudo ser un simple paseo terrestre

La huella que deja un caracol humano

En el espacio que recorre al pasar de la

Nada a su morada sobre la Tierra

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Mas elegiste la cabaña

El ojo ensangrentado a través del cristal

La persecución de los pasos ajenos

A buen resguardo

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Recordaré la tarde que me llevaste a ver

Los patos buenos

La cabaña de cristal con su ojo sangrante

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HjorgeV 18-04-2009

(Empezar a leer arriba a los 2 minutos con 28 segundos del video de abajo, cuando acaba de empezar el piano de Michel Camilo después del solo de guitarra de Tomatito.)

M. CAMILO & TOMATITO: EL DÍA QUE ME QUIERAS (Gardel-Le Pera)

ESTÁS A SU LADO, ES CIERTO (Poesía)

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Le temes

Desde el fondo de tu erial

A lengua mordida

Le temes

….

Hay dos o tres pasos tuyos que conocen su

Morada

Los desvíos

Las terminaciones

Los embarcos

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Sabes la ruta

Conoces las puertas

Las salidas

Los atajos

El nacimiento de las miradas

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Estás ahí, es cierto

Como los países

Están en los mapas de los libros

Escolares

Sin poder escapar

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Tu vida

Transcurrirá a su ribera

Como saluda un río a sus

Aldeas desiertas

Antes de llegar al mar

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Estás a su lado, es cierto

Pero no mucho más

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HjorgeV 16-04-2009

EL FUEGO PERDIDO (Relato)

Corre el año 2093 de nuestra era.

Deseo hacer mi visita de costumbre al siglo XX. Me interesa la historia del siglo pasado, el auge y el inicio de la caída del capitalismo, la función de la televisión en esa historia y en la historia de la humanidad. Pero me equivoco al dar la orden mental y llego a parar como visitante al año 2009.

Sé que el Sistema lo va a registrar como un error neuronal, salvo que yo haga algo a tiempo para evitarlo. Pero sucede que a mí me ha empezado a gustar la idea.

Lo malo es que si el Consejo de Filósofos se entera de que este tipo de errores no me importan, sino al contrario, podría resultar fatal para mí y ser obligado a restituir gran parte de mi conjunto neuronal, con toda la pérdida real de memoria que eso podría significar.

Los Filósofos condenan los saltos al pasado más o menos inmediato –a los Matemáticos les importa un comino-, pero a mí Recordar me resulta más interesante que preocuparme por el futuro y la vida verdaderamente longeva, si se puede llamar así a la miseria de doce siglos que ahora llegamos a vivir.

Entiendo que el problema es claro: saltos en el tiempo inferiores a cien años, atentan contra la ética del Sistema. Un suicidio puede echar a perder décadas de exhaustiva planificación.

Se ha visto a gente acabar con su vida por el solo hecho de no poder soportar haber cometido tantos errores en ella.

Es decir, sin haber podido alcanzar la distancia temporal y emocional necesaria. El tiempo puede curar, sí. Pero hasta el tiempo necesita tiempo para operar, para surtir efecto.

Me decido a afrontar las consecuencias de mi equivocación y me apresuro a tocar la puerta de mi casa.

Es el 14 de abril del 2009.

Sé dónde he estado todo el día y mi memoria interactiva me permite recordar una serie de detalles. Lo que no puedo saber es mi estado emocional concreto de este momento del día. A tanto no ha llegado el desarrollo tecnológico humano en el año 2093.

Toco la puerta de mi casa.

He seguido todas las directrices éticas necesarias para el caso: llevo el cabello de forma diferente, una prótesis en la nariz y mi vestimenta la he escogido de tal manera que para mi Ser Pasado sea imposible reconocerme por ciertos detalles o manías. Además, presento un estado atlético envidiable aún para un treintañero antiguo, tal como están obligados todos y cada uno de los integrantes de nuestro Sistema.

Mi Ser Pasado -yo 84 años atrás- me abre la puerta.

Lo primero que me hace sentir con su mirada es que lo estoy importunando y que no piensa soportarlo. Sé que espera un buen pretexto, una buena jugada de mi parte para no tirarme la puerta en pleno rostro.

Le muestro mi cara de asustado.

Estoy asustado, es verdad.

Es decir, hay sinceridad en mi gesto. Y lo estoy, porque no sé qué decir. Todo ha ocurrido demasiado rápido como para poder pensar en los detalles. De paso que cuento con que en cualquier momento saltarán las alarmas y el Consejo de Filósofos me ordenará el regreso. Desde ahora sé que pasaré un buen par de meses sin poder leer y que me obligarán a eliminar más grasa de mi región abdominal como castigo.

-¿En qué lo puedo servir? –me pregunta mi Ser Pasado, obviamente intrigado por el miedo que ha leído en mi rostro.

-No sé –le digo, procurando ser lo más sincero posible, sabiendo que eso es algo que siempre ha funcionado en mi vida, en los dos sentidos-. Quería conversar con usted.

-Lo siento. ¿No lo ve? No nos conocemos. No sé de qué podamos conversar. Y aunque así fuera así. Si me disculpa…

-¿Qué está haciendo? –le pregunto, porque la curiosidad me ha atacado como un puñal aparecido repentinamente de la nada.

Se hace un silencio entre nosotros.

Por un momento, pienso que mi Ser Pasado me va a lanzar una bofetada.

Por otro lado, sé que sería incapaz de atacar a una persona por el simple hecho de dirigirle la palabra y decirle que desea conversar con él. Puedo percibir su tensión. Calculo que debe estar por los 9,2 grados de la escala Honra de tensión emocional. También puedo percibir que se trata de una tensión superpuesta. Lo he interrumpido en medio de un trabajo absorbente y desea reemprenderlo lo más pronto posible.

Sin decir nada más, veo que se apresta a cerrar la puerta.

-Espere, espere –le digo, atreviéndome a poner un pie para detener la puerta.

-¿Qué…? ¿Qué se ha creído usted…? –empieza a preguntar él, y yo puedo leer en sus ojos ese fuego, esa llama del que está convencido de lo que hace, del que sabe que no declinará en su misión hasta verla cumplida.

-¿Qué está haciendo? –le pregunto, clavando mi mirada en la suya, con la vana esperanza de que pueda reconocer mi verdadero interés en lo que hace-. Solo me gustaría saber qué está haciendo.

No me atrevo a decirle que no puedo recordar del todo cómo me he sentido exactamente en esta fecha, martes 14 de abril del 2009, sentado en mi escritorio. Emocionalmente, quiero decir. Él no podría entenderme. Y, de poder hacerlo, no podría entender cómo, teniendo toda la tecnología a mi favor, no puedo ser capaz de recordar ciertos detalles de mi propia vida.

-Mire, señor –me dice él, bajando los brazos-. No sé quién es usted. Discúlpeme, no me interesa tampoco saberlo. Solo es que, mire… Me encontraba trabajando y ahora quiero continuar. No sé qué lo trae por aquí. Si solo es una pregunta, la que ha hecho, lo siento mucho, no se la voy a responder. Le ruego que saque el pie de mi puerta. ¿Sí? ¿Le parece?

Me veo gobernarme, controlarme 84 años atrás. Siento un orgullo infinito. Pero también una gran decepción, porque me había preparado para levantarme y sobarme el mentón del golpe que yo mismo me pensaba dar hace 84 años.

No es que me guste el dolor, claro, pero quería ver el fuego en mis ojos. Eso que ni los más grandes científicos de nuestro Sistema no han podido volver a recuperar.

¡La gran tragedia de nuestra civilización! ¡Hacemos todo sin mostrar verdaero interés por lo que hacemos!

Por eso quería ver la determinación absoluta en mi mirada.

Me gustaría explicárselo. Explicármelo.

Hemos avanzado tanto, hemos conseguido vivir siglos enteros con una salud perfecta y vamos camino de alargar aún más nuestras vidas, pero la humanidad, lo que queda de ella, ha perdido el fuego en la mirada, en la propia visión. Vivimos sin motivación verdadera.

¡Qué paradoja!

El control del fuego decidió probablemente el desarrollo del Homo Sapiens en su evolución, y la pérdida del fuego en su propia mirada es uno de los problemas por ahora irresolubles a los que se enfrenta miles de años después y que ha empezado a corroer el Sistema.

Mi fuga es un ejemplo de ello.

La tentación ha sido tan grande que no me importan demasiado los castigos, con tal de ver lo que ya no existe y nadie sabe cómo recuperar.

-Mire, buen hombre –me dice mi Ser Pasado-. Si puedo servirlo en algo, no sé, tal vez algo material, dígamelo. Quiero volver a mi escritorio y continuar.

-¿Y si se lo impido? –se me ocurre preguntarle.

Lo veo sonreír. Me veo sonreír, 84 años antes.

-¿Qué? ¿Volver a mi escritorio? ¿O continuar lo que estaba haciendo?

Como no digo nada, él insiste, con una sonrisa que ahora me parece diabólica:

-¿Quiere impedirme continuar lo que estaba haciendo? Discúlpeme, no creo que lo pueda conseguir -me dice, empezando a reír-. ¿Tengo que llamar a la policía? ¿Se encuentra usted armado? Son preguntas tontas, lo sé. Dígame qué es lo que quiere y luego váyase. Me acaba de hartar. Y quiero continuar con mi trabajo.

Sonrío. Acabo de volver a ver la determinación, el fuego en su mirada.

Me propongo volver otra vez, si es que el Consejo de Filósofos no me cierra todas las puertas. Estoy contento porque sé que existe. Que existió en mis ojos el brillo verdadero. ¡La sangre corrió por mis venas y hubo tiempos en los que podía quemar con mi mirada de pura determinación!

Sin decirle nada más y esperando que me crea un loco cualquiera, me doy media vuelta y empiezo a alejarme.

Como sé que me ha quedado observando, a los pocos metros giro y le guiño un ojo.

-¡No permita que le quiten esa determinación que brilla en sus ojos! –le grito, sin esperar que me pueda comprender-. ¡Todo lo demás es adjetivo, secundario!

Al llegar a la esquina me lanzo a correr y sigo mi camino por los campos vecinos. Al pasar por unos arbustos doy la orden mental correspondiente y desaparezco.

Sé que al llegar la Guardia Filosofal me estará esperando. Sé que cumplirán los guardias su labor con la frialdad de siempre. Perfectamente, pero sin determinación. Sé que soportaré el castigo.

Allá ‘abajo’ en el Tiempo, también sé que mi Ser Pasado ahora ha vuelto a su escritorio.

Sé que continuará escribiendo el relato futurista que acababa de empezar y que había situado en el año 2093 de nuestra era.

El relato que había empezado cuando a mí se me ocurrió interrumpirlo hace una hora desde este anodino futuro, 84 años después.

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HjorgeV 14-04-2009