Saber mantenerse alejado de
uno mismo. De esa parte que clama
sangre y venas
garras, espinas
De la memoria de ese vendaval que
marcó tus días más de lo que te
dejó a cambio
(Los amores de verdad siempre te
dejan en deuda contigo
mismo)
Refugiarse por eso en un verso
O en un estribillo
Nunca estarás solo ni sola:
tus pesares ya fueron las canciones
de otros (precisamente porque
eran únicos)
Refugiarse en esa mirada que
te descubría el mundo cada
mañana como una
llave universal
secreta
O en el candor con que rodeaba
tu cintura con un abrazo
de fuego
Cuando el esternón canta
el dolor deja su
refugio
HjorgeV
Colonia, 17.01.23