.
Querer entenderlo todo para
terminar entendiendo
nada
.
Sobre
este vasto agujero
pleno de
compartimentos
y conductos sin
sentido, nos mirábamos a los
ojos como animalillos
recién paridos
.
Acababas de leer que
para el viejo Emil
el hecho de que la vida no tuviera
sentido era su mayor sentido y
propusiste que saliéramos
a pasear
.
¿Por qué eran tan bellos ciertos
atardeceres? ¿Por qué no
hablaban las piedras a nuestro
paso? ¿Por
qué nunca podrían alcanzarnos
las hormigas?
¿Por qué babeaba el caracol?
¿Por qué mis lágrimas ante
tanta belleza?
Mi actitud te desesperaba
hasta la exasperación
.
Puerto y mar. Amor y
olvido.
Inanición y hartazgo.
Dependencia y
puertas siempre
asequibles en medio
de bosque
inescrutables
.
Llegar al fondo de las cosas
iluminar toda cuestión
resolver toda duda
deshacer todo
nudo: No había tarea que
tu mente no quisiera
doblegar
.
Demasiadas cosas
te enloquecían como
una repentina abeja dentro del casco
de un motociclista
.
Que la muerte fuera
un misterio,
pasaba. Pero, ¿por qué
también la vida misma?
.
Te indignaba tener que
asignarle un sentido
a las cosas,
sin valorar el hecho de que al
nacer no nos encontráramos
con un sentido fijo y obligatorio
como una ley de tránsito
universal
.
Tampoco te tranquilizaba
saber que la ausencia de ese sentido
era lo que le permitía a cada quien
asignarle a su vida el
que quisiera:
cada día, a
placer, como se pergeña
garabatos
sobre un papel
.
Tu desesperante incapacidad
para alterar el rumbo y la carga de las nubes
o la cantidad de luz matutina
pudo más que
el misterio mutante de
lo nuestro
.
No podías controlar el
mundo y quisiste cambiarme
a mí (ser cambiante por
excelencia)
.
Así me perdiste:
como el fuego que convierte
la madera en
carbón
.
A veces te
recuerdo al
levantar la vista al cielo
en esas tardes de lluvia especialmente
generosa, como todas esas veces
en que el mundo real
acababa por imponerse a
tu mundo mental y no
terminabas de orientarte en este incesante
examen de preguntas
sin respuesta
llamado
vida
.
.
HjorgeV
Colonia, 14.10.20