J. D. SALINGER: EL GUARDIÁN HA MUERTO

El escritor guardián de su intimidad, el herméticamente celoso de su privacidad, ha muerto.

El recluso literario, el autocondenado a anonimato perpetuo (a partir de la tercera edición de su libro exigió quitar su fotografía de la cubierta), ya no tendrá que cuidarse del público ni de la prensa.

«No le cuentes nunca nada a nadie. Si lo haces, empezarás a echar de menos a todo el mundo.»

Es el final de El guardián entre el centeno, traducción no del todo exacta (ver más abajo) pero, en cambio, bastante poética y alusiva del tema de la novela The Catcher in the Rye de 1951.

Ese final fue una fanfarronada de su autor.

Porque ese error de empezar a contar cosas lo cometió el mismo Jerome David Salinger (Manhattan, 1919-Nuevo Hampshire, 2010), solo que, en vez de empezar a echar de menos a todo el mundo, se pasó casi dos tercios de su vida huyendo de los admiradores de su narrativa y de los curiosos de su vida.

Ahora, el viejo cascarrabias hijo homónimo de un comerciante judío de quesos kosher y de Marie Jillich, una escocesa-irlandesa convertida al judaísmo por amor, y autoconfinado en su particular y eremita mundo desde poco después de la aparición de su única novela publicada, ya no le importarán más el anonimato y menos la oscuridad completa e irreversible de su nueva morada.

Esto último, porque alguna vez había declarado que «los sentimientos de anonimato y oscuridad de un escritor constituyen la segunda propiedad más valiosa que le es concedida».

Solo debido a la demanda que le interpuso al escritor británico Iam Hamilton tratando de detener la publicación de su biografía –J. D. Salinger: A Writing Life– fue posible enterarse de que había escrito dos novelas y muchos relatos que no habían sido publicados.

Bueno, tan, tan eremita no fue en vida.

Se dice que mantuvo más de veinte relaciones con aspirantes a escritor, perdón, a escritoras.

Siempre muy jóvenes.

(Joyce Maynard, una de sus discípulas y con la que mantuvo una relacón de un año en 1972, llegó a subastar las cartas que Salinger le había escrito cuando ella tenía 18 años.)

(La primera entrevista que concedió tras blindarse de la humanidad en un claro de los bosques de las afueras de Cornish en Nuevo Hampshire, se la «regaló» a una muchachita de 16 años que hacía sus pininos periodísticos para el diario de su escuela.)

Se dice también que conoció a su primera esposa en Francia, después de haber participado en el desembarco de Normandía. Sylvia habría sido una empleada a órdenes de los nazis que el mismo Salinger habría detenido y de la cual habría terminado enamorado.

Margaret Salinger reveló, en su libro El guardián de los sueños (2000), que su padre sufría de glosolalia, una especie de trastorno mental conocido en la historia de las religiones y que provoca que el afectado se entregue a fases orales en una lengua aparentemente desconocida pero en realidad inexistente.

Margaret Salinger también afirmaba que su padre se bebía su propia orina, que mantenía como una prisionera virtual a su madre y que apenas mantenía relaciones sexuales con esta.

Una familia de lo más común y corriente, como se puede ver.

En un juego de eso-sí-mejor-no-pero-claro-que-sí, su blindaje lo había anunciado en las primeras líneas de El guardián:

«porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas»

El título del libro se refiere a la letra de un poema que alude a un guardián entre el centeno, una especie de ángel de la guarda que evita que los niños caigan al precipicio.

(El guardián en el campo de centeno habría sido demasiado largo como título.)

En la novela, cuando todo le ha salido mal, Holden Caulfield, un muchacho de 16 años, reflexiona que eso es lo que le gustaría ser: un guardián de los niños que juegan entre el centeno y que está para evitar que caigan al abismo.

«…me imagino un montón de chicos jugando en un campo de centeno inmenso. Miles y miles de chicos, sin nadie que los cuide -ningún adulto, quiero decir- excepto yo. Estoy parado cerca de un precipicio de locos y mi única tarea consiste en atrapar a todos los que se acerquen demasiado al borde. Si corren sin mirar para qué lado van, tengo que salir de la nada y agarrarlos. Es lo único que tendría que hacer durante todo el día. Solamente sería el guardián entre el centeno. Sé que suena absurdo, pero es lo único que me gustaría ser.»

El mundo de la literatura –como todo mundo- tiene sus cosas, sus textos y sus seres raros.

El guardián entre el centeno fue un libro maldito y prohibido por la censura oficial (pues hablaba de prostitutas, de la droga que pocos años atrás había estado completamente prohibida –el alcohol-, de la iniciación sexual, del puritanismo y la doble moral) y hoy es un libro de lectura obligatoria en los colegios o institutos de EEUU.

Para más inri, la historia de la novela es la de un desertor, la de un escolar o colegial fracasado que ha pasado sin éxito por tres colegios y acaba de desaprobar en cuatro de cinco asignaturas.

Fue publicada por primera vez en España en 1978, aunque antes había sido publicada en Buenos Aires bajo el título de El cazador oculto.

La muerte de Salinger permite recordar un tema permanente de la literatura.

¿Qué sucede al traducirse una obra?

Mejor dicho, ¿cuánto pierde y gana una obra al ser traducida a otra lengua, especialmente a una muy diferente de la original?

¿Se lee –con la traducción- otro libro, otra obra, en realidad (como se leería una versión, vamos a decir, de Cien años de soledad reescrita por Mario Vargas u otro autor hispanohablante)?

Aquí en Alemania, por ejemplo, aunque se considera que fue Heinrich Böll el traductor, había sido traducida primero por la suiza Irene Muehlon poco después de su aparición en 1951, traductora que le dio el título de Der Mann im Roggen (‘El hombre en el centeno’).

Pero lo hizo basándose en una versión en inglés “revisada” (censurada, en realidad, no olvidar que se trataba de una obra parcialmente prohibida) y Muehlon, por su parte, suavizó el –para esos tiempos- rudo vocabulario juvenil y recortó de paso varias partes del texto original.

Cuando una editorial alemana compró los derechos en 1962, Böll hizo su traducción a partir de esa versión bamba, adulterada.

Curiosamente, además, se dice que el Nobel de Literatura (1972) colonés usó una edición en la que los lectores de la famosa editorial británica Penguin se habían tomado la libertad de realizar 800 cortes adicionales al texto de Salinger.

Desde el 2003 existe una versión (más) moderna en alemán hecha por Eike Schönfeld.

Pienso que lo mismo debería hacerse en nuestra lengua.

Personalmente, por ejemplo, no conocía la palabra ‘puñeta’ (solo la recordaba en vinculación con el arte onánico) que aparece en las primeras líneas de la novela. La que, si se tradujera simplemente como ‘tontería’ o ‘bobada’ tendría más vigencia temporal que la otra palabra, seguramente de moda cuando se tradujo en 1978 el libro en España. Me imagino, quiero decir. (Ver más abajo la versión argentina de ese inicio.)

Sorprendentemente, ‘bobos’ también se les llama o llamaba en mi país a las puñetas originales: esos encajes o vuelillos aplicados en los puños que fueron el último grito de la moda en la era de los dinosaurios y que pronto tal vez volverán a serlo. (¿No vive acaso la moda de morderse permanentemente la cola?)

Notar, por lo demás, que to catch es un verbo difícil de trasladar a nuestro idioma.

Se suele traducir como agarrar, coger, pescar, atrapar algo -generalmente- en el aire o en movimiento; recepcionar.

El catcher es el receptor en béisbol, por ejemplo.

Curiosamente, en mi país existe el peruanismo ‘cachar’, derivado directo del vocablo inglés, y vulgar extremo de fornicar, follar o mantener relaciones sexuales (‘practicar el coito’ dice la Academia: propongo ‘coitear’).

También existe un peruanismo que se acerca muy bien al verbo inglés: ‘emparar’. Asimismo, existe un vocablo castellano oficial poco usado: ‘aparar‘, aunque carece de la connotación de que la acción tiene que ser en el aire o en el trayecto de algo.

En Chile ‘cachar’ algo, es comprenderlo, entenderlo, o sea, pescarlo con el entendimiento.

Por algo de todo esto, debo suponer, y puesto que en Argentina el verbo ‘coger’ es el vulgar de coitear, la primera traducción que se hizo de la novela de Salinger en nuestra lengua recibió el título de El cazador oculto.

(El follador entre el centeno o El emparador del campo de centeno habría traducido algún peruano en esa época. En Chile: El entendedor en el centeno. ¿Y qué dirían de El aparador en/entre el centeno?)

Por otra parte, si no he entendido mal, el poema Comin’ Thro’ The Rye de Robert Burns (Escocia, 1759, 1796) es interpretado incorrectamente en la novela por el joven protagonista Holden Caulfield. Burns aludiría al campo de centeno como el lugar en el que antiguamente se escondían (en verano) las jóvenes parejas para coitear, o sea, como metáfora de la libertad sexual y social.

Detalle que en la novela se lo aclara nadie menos que Phoebe, su hermana de diez años, mientras que Holden insiste en quedarse con la figura del campo de centeno en el que juegan niños, rodeado de precipicios y en el que a él le gustaría ser el guardián (emparador) de los niños que caen.

Es probable que Salinger haya jugado con todas esas posibilidades morales y simbologías ambivalentes tanto consciente como inconscientemente.

Notar también que de ser cierto todo esto, quien le dio el primer título que recibió el libro en la Argentina –El cazador oculto– desconocía el origen del título y el poema de Burns. Acaso ni siquiera leyó el libro. (Suele suceder: el título de un libro suele decidirse por simples cuestiones comerciales no solo al ser traducidos. Y tanto por parte del autor como del editor.)

En fin.

(Y todo esto lo digo gracias a la Red, no porque lo recuerde de la única lectura que le di hace mucho años ya al libro de Salinger.)

Aquí el inicio de la versión argentina:

“Si en serio querés que te cuente, lo primero que vas a querer saber es dónde nací, y cómo fue mi jodida infancia, y qué hacían mis padres antes de tenerme y todo, toda esa mierda bien David Copperfield, pero la verdad es que no tengo ni ganas de entrar a hablar de eso.”

Si no me lo impide con la Colt del calibre 38 que tiene colgada en su cocina -según propia confesión-, en una de las próximas entradas de esta bitácora les referiré la historia del escritor chileno Marcelo Lillo.

La pistola se la compró no por mí, obviamente.

Sino porque se había jurado usarla si no conseguía en cuatro años salir del anonimato como escritor.

O algo muy parecido.

El mundo de la literatura, ya ven, también tiene sus cosas. No crean.

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HjorgeV 29-01-2010

Otras fuentes:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Muere/J/D/Salinger/autor/guardian/centeno/elpepucul/20100128elpepucul_5/Tes

http://www.elpais.com/articulo/cultura/miedo/hacerse/adulto/elpepicul/20100129elpepicul_2/Tes

http://www.elmundo.es/elmundo/2010/01/28/obituarios/1264708368.html

http://www.elpais.com/articulo/cultura/intimidad/arte/elpepicul/20100129elpepicul_5/Tes

http://www.actuallynotes.com/J-D-Salinger-Memorias-de-un-Escritor-Invisible.htm

Última ficción publicada: http://puenteareo1.blogspot.com/2010/01/hapworth-16-1924.html

Un artículo con detalles biográficos: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/4-16788-2010-01-29.html

Una página sobre el título y la primera versión argentina: http://weblogs.clarin.com/revistaenie-enminuscula/archives/2010/01/salinger_el_guardian_oculto.html

AUSCHWITZ Y OTRAS SOLUCIONES FINALES

Auschwitz fue un campo de concentración creado por las SS de Hitler en mayo de 1940 y que existió casi cinco años hasta su liberación por el ejército soviético, en enero de 1945.

Se calcula que  murieron más de un millón de judíos de un total de 1,5 a 2,5 millones de personas asesinadas por los nazis allí.

El destino de los prisioneros judíos se definió cuando los gerifaltes del III Reich se reunieron el 20 de enero de 1942 en una villa en la ribera del lago Wannsee para discutir el exterminio de todos los judíos, la llamada Solución Final nazi.

La villa había sido adquirida por las SS dos años atrás: se trataba de una lujosa construcción hecha por ricos industriales alemanes en la periferia del sur de Berlín.

Las SS la convirtieron en un centro de conferencias y reuniones.

La de la fecha indicada llevaba el discreto nombre de Besprechung über die Endlösung der Judenfrage, literalmente un eufemismo: “Conferencia sobre la solución final de la cuestión judía”.

La cuestión judía era el exterminio del pueblo judío.

Auschwitz era en realidad un complejo de tres campos de concentración y el más grande de los creados por los nazis.

Sus funciones principales:  1) servir como cárcel de los enemigos del régimen,  2) permitir la realización de trabajos forzados, y 3) servir como lugar de exterminio de sus víctimas.

Los campos estaban ubicados a 60 kilómetros al oeste de la ciudad polaca de Cracovia, cerca a la antigua frontera germana-polaca anterior a la anexión nazi de esa porción de Polonia en 1939.

Las SS (Schutzstaffel, ‘escuadrón de defensa’), por su parte, habían nacido como la guardia personal de Hitler en 1925, para pasar a convertirse luego en una organización paramilitar o policía interna del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán y, finalmente, en la responsable de lo que se conoce como Holocausto, genocidio judío o la shoa.

Los nazis pretendían acabar con todos los judíos de Europa, de allí la gran infraestructura pensada para su aniquilación.

Los primeros internados en Auschwitz, sin embargo, fueron presos políticos polacos y delincuentes reincidentes alemanes traídos desde el campo de concentración de Sachsenhausen.

Los prisioneros recién llegados debían pasar por una prueba de selección para determinar su capacidad laboral: los considerados no aptos para los duros trabajos eran enviados a las “duchas”, en realidad, cámaras de gas encubiertas.

En los campos se realizaban diversos tipos de trabajos forzados: agrícolas, para la producción industrial y de armamento, en la extracción minera, en factorías de pescado y canteras de piedra.

Cada prisionero recibía un número de identificación tatuado en el brazo izquierdo.

En enero de 1945, las SS empezaron a destruir las instalaciones más compremetedoras y a evacuar los campos de concentración al enterarse de la proximidad de las fuerzas soviéticas.

Tanto la evacuación como el desplazamiento y el transporte de prisioneros en dirección a Alemania huyendo del avance soviético, se convirtieron en una carnicería continua.

Además, los prisioneros pasaban tres días hacinados en vagones de carga sin agua, comida ni abrigo.

En un día como hoy hace 65 años, el 27 de enero de 1945, cuando el ejército soviético ingresó para liberar los campos de concentración de Auschwitz, Birkenau y Monowitz, ya apenas quedaban 7.000 prisioneros entre enfermos y moribundos.

Los cálculos más modestos hablan de por lo menos 1,3 millones de personas que fueron deportadas a alguno de los campos de concentración del complejo de Auschwitz, de las cuales murieron por lo menos 1,1 millones.

11 de cada 13.

(Algo que no ha impedido que el juez sudafricano judío Richard Goldstone haya sido comparado por otros judíos con Hitler por haber acusado a Israel de crímenes de guerra en Gaza. Gente como Idith Zerthal, sin embargo, recuerda que el Holocausto «está siempre presente para justificarlo todo: nuestras prácticas políticas y nuestra autopercepción como víctimas».)

LA SOLUCIÓN FINAL DE LOS HALCONES DE EEUU EMPIEZA A TAMBALEARSE

El funesto grito de guerra y venganza que lanzaran Bush y sus secuaces (en verdad, era al revés, Bush era el secuaz bufo de todo un grupo ultraconservador y belicista) tras el atentado del 11-S tuvo mucho de ese sueño de solución final nazi.

En ese entonces, recordemos, la idea era acabar, es decir, asesinar (significa matar a alguien con premeditación) a los llamados terroristas.

En Afganistán se trataba de acabar con los talibanes.

No se trató de hablar, entenderse, dialogar con ellos.

La idea del gobierno de EEUU era una especie de solución final: desaparecidos los terroristas, desaparecido el terrorismo.

We’re gonna kill them! -llegó a exclamar Donald Rumsfeld para que lo oyera todo el planeta, sin que nadie se quejara: “¡Los vamos a matar!”

Hoy, diez años después del inicio de esa funesta y nada desinteresada aventura, recién Occidente empieza a reconocer que se trató de una quimera.

Nadie menos que la misma CIA ha empezado a reconocer que la guerra antiterrorista no se podrá ganar.

Y  para coronar el fracaso de esa entelequia neocon (neoconservadora), nadie menos que el gobierno alemán ha anunciado su intención de ‘reconocer’ a los talibanes.

¿Reconocer a los talibanes?

Así es.

Alemania se ha cansado de invertir dinero, trabajo y vidas humanas y no ver verdaderos resultados.

En estos días en los que está en juego el futuro de Haití, también se celebra este jueves en Londres una conferencia para buscar una solución a lo que ahora se conoce como conflicto afgano (Invasión sería lo correcto).

Y Angela Merkel ya ha anunciado su intención de apoyar económicamente la reinserción de los talibanes a la vida civil. En otras palabras, Alemania está dispuesta a pagar para que dejen la insurgencia.

(O para que se dediquen tranquilamente al cultivo de amapolas como dicen los más críticos.)

La ONU ya ha reaccionado y ha retirado a cinco líderes talibanes de la lista de sospechosos de terrorismo.

La idea es la respuesta alemana a la realidad: la cacareada Guerra Contra el Terrorismo ha resultado un fracaso, además de contraproducente.

La Solución Final propuesta e iniciada por Bush ha empeorado el mundo, lo ha hecho más peligroso e incómodo (hasta para simples desplazamientos en avión), ha minado la comprensión y la tolerancia entre los pueblos del mundo, ha potenciado el racismo y ha despertado más sentimientos antioccidentales allí donde no los había o eran inocuos.

¿Qué esperaban los invasores?

¿Que los afganos los terminaran aplaudiendo por invadir su país?

Muchos debieron hacerlo al comienzo, claro.

Hoy, después de diez años, se ve que ha sido un gran error.

Habiendo contado con todos los medios (legales e ilegales) a su favor han fracasado.

Occidente no quiere entender que ha pasado de una perversión a otra.

De discutir sobre la «necesidad» de invadir un país y matar en nombre de cierto concepto de Libertad, ha pasado a discutir sobre cuánto tiempo más seguir haciéndolo sin mayor esperanza de solución concreta.

Felizmente, Occidente recién empieza a reaccionar y a aceptar que la fuerza bruta siempre empeora las cosas (sea contra el terrorismo o las drogas).

Hay quienes pensamos que reacciona demasiado tarde.

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HjorgeV 27-01-2010

Otras fuentes:

http://www.ushmm.org/wlc/article.php?lang=es&ModuleId=10007021

http://www.ghwk.de/deut/texte/shalom-de.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Auschwitz

http://www.elpais.com/articulo/internacional/ONU/retira/lideres/talibanes/lista/terroristas/elpepuint/20100127elpepuint_1/Tes

http://www.nacion.com/ln_ee/2010/enero/25/aldea2238723.html

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/orienteproximo/2010/01/27/las-siete-vidas-del-preso-de-auschwitz.html

RADIOGRAFÍA MUNDIAL EN CINCO MINUTOS

Zac, zac, zac, como dirían mis convivientes alemanes.

Es increíble cómo, a veces, en un par de minutos se puede concentrar en la simple radio un panorama actual del género humano.

De regreso a casa la encendí en el automóvil y me encontré de golpe, separadas apenas por un par de minutos, con cinco noticias, cinco retratos del mundo de hoy:

1. Hoy -en una ciudad de este país- hace 300 años se inició la producción de porcelana en Europa.

2. Dios se ha acordado de Haití.

3. Berlusconi podrá dedicarse a trabajar para su país sin interrupciones ni molestias judiciales.

4. Triunfo del cabildeo (de la lobbycracia) en Alemania.

5. Triunfo del dólar en el sistema electoral (llamarlo democracia me parece una exageración a todas luces) de EEUU.

(1) LA PORCELANA

Hablar hoy sobre la porcelana, en una época en la que su uso es muy raro y muy pocas personas podrían decir que han tenido alguna vez una pieza de verdadera porcelana entre sus manos, puede parecer un chiste.

Pero el chiste verdadero es que el Homo Sapiens es un ser muy chistoso y en algún -largo- momento de su historia la porcelana jugó un papel importantísimo en su existencia.

Tanto que llegó a conocérsela bajo el nombre de Oro Blanco y cumplió un papel comparable al del oro, vale decir: fue un símbolo del llamado estatus social.

Marco Polo la había traído a Europa de uno de sus viajes a China alrededor del año 1300 de nuestra era, aunque lo más seguro es que no fuera él el primero en hacerlo, sino simplemente el más famoso.

Hay que imaginárselo.

¡Durante 4 siglos, los europeos no fueron capaces de dar con la fórmula de la porcelana china!

Lo cual aumentó su valor superficial, vale decir, como artículo de lujo.

(Y habla también de la capacidad de los chinos para mantener sus secretos. ¡A lo largo de siglos! Lo mismo no se puede decir de los primeros maestros de porcelana europeos, alemanes de la ciudad de Meissner: pues pocos años después de inaugurada la primera fábrica europea de porcelana allí, y a pesar de las medidas de seguridad y amenazas, ya habían emigrado a diferentes lugares de Europa y difundido sus conocimientos. Al mejor postor, se debe entender.)

Como la historia del Homo Sapiens es también la historia de una serie de chistes (de todo calibre, drama y color), hay que recalcar que la porcelana fue descubierta en Europa de pura casualidad.

Fueron alquimistas alemanes los que lo consiguieron en su afanosa búsqueda de la piedra filosofal (una sustancia capaz de transformar los metales en oro) y del elixir de la vida, la segunda razón de ser de la alquimia.

Quede como anécdota el origen de la palabra porcelana: al comienzo se pensó que la porcelana china que Marco Polo había llevado a Italia estaba hecha con la concha nacarada de un molusco conocido allí como «porcellana».

Esta palabra, a su vez, tiene su origen en «porcellano», diminutivo de «porco» (cerdo, chancho, puerco)(de «porcellus» en realidad), y eso debido a que la forma del molusco (cauri) semeja la vulva o genitales externos de la mujer.

¿No es un chiste que una de las piezas más preciadas de la historia de la humanidad haya recibido su nombre indirecta y púdicamente de la vulva femenina?

(2) DIOS SE HA ACORDADO DE HAITÍ

Para que los damnificados haitianos sepan que dios no se ha olvidado de ellos, la institución Faith Comes By Hearing ha enviado 300 biblias a Haití.

Se trata de ejemplares audibles que utilizan energía solar, están en creole haitiano y pueden ser escuchados hasta por 300 personas a la vez.

Rezaré.

(3) BERLUSCONI: EL INTOCABLE ITALIANO

Dejémosnos de tonterías.

¿Cómo se puede esperar que un gobernante trabaje por el bien de su país, si cada sábado tiene que enfrentarse a algún juicio o si uno de estos le malogra una de sus fiestas orgiásticas con sus velinas?

No se puede, obviamente.

Felizmente, el Parlamento italiano ha aprobado una medida que favorece al presidente italiano y lo salva -incluso- de ir a la cárcel.

Por lo demás, Berlusconi tendría ya que estar acostumbrado a esos avatares y diligencias.

A sus 73 años ya ha sido visitado 587 veces por los carabinieri (la policía italiana), ha tenido que participar en 2.500 audiencias judiciales y se ha gastado unos 250 millones de dólares para evitar ir a parar a la cárcel.

Un promedio de 100.000 dólares (más o menos 70.000 euros) por audiencia.

Nada menos.

La Impunidad en pleno corazón de Europa.

(4) EL TRIUNFO DEL CABILDEO O DE LA LOBBYCRACIA EN ALEMANIA

Con su novela póstumamente publicada, Millennium, el sueco Stieg Larsson mostró un rostro de su país que muy pocos conocían y que muchos menos se hubieran atrevido a adivinar como real.

Ahora hace falta el autor alemán que pueda desvelar el verdadero rostro (político) de este país.

Por lo pronto, son los mismos políticos alemanes los encargados de esa tarea.

El último caso tiene que ver con la industria farmacéutica.

Digamos, para empezar, que se trata del sector empresarial con los más altos niveles de lucro.

No contentos con eso, los cabilderos (otros prefieren usar el inglés y llamarlos lobbyistas) (¿loberos?) de ese sector han logrado un gran triunfo en Alemania.

El doctor Peter Sawicki había dirigido a lo largo de 5 años el Instituto para la Calidad y la Rentabilidad del Sistema de Salud alemán.

El nuevo gobierno (de derecha) ha «descubierto» que Sawicki falseó parte de sus gastos oficiales en los desplazamientos con su automóvil.

Aunque se trata de bagatelas, la situación es «insostenible» y el funcionario ha sido invitado a abandonar su puesto.

La pregunta es: ¿Qué hizo Sawicki para que lo despidieran?

Respuesta: se ocupó de controlar a quienes debía controlar.

Eso no le ha gustado al nuevo gobierno alemán. Ni a sus socios farmacéuticos.

Fuera con él.

A partir de ahora la industria farmacéutica alemana dormirá mejor: sus ganancias podrán seguir multiplicándose.

La salud de los que realmente pagan todo (los ciudadanos comunes y corrientes) es lo que menos seguirá importando.

(5) EL TRIUNFO DEL DÓLAR

El gobierno de Obama acaba de cumplir un año.

Conmemorando este primer aniversario, el presidente de EEUU ha tenido que soportar tres grandes derrotas.

La primera ha sido una de carácter electoral.

La segunda: tendrá que olvidar sus planes reformistas, especialmente los concernientes al sistema de salud (en el que ser pobre en EEUU equivale a mala o nula atención médica).

La tercera: el Tribunal Supremo de EEUU ha eliminado el límite que existía para la financiación de las campañas políticas por parte de empresas privadas.

Es el triunfo del dólar.

El argumento ha sido -una vez más- la libertad de expresión.

El Supremo lo ha dejado claro: mientras más tengas, más libertad de expresión tendrás.

O, lo que es lo mismo, a más dinero, mayor capacidad de decisión.

Obama ha acusado al Tribunal Supremo de su país de haber dado «un golpe a la democracia».

A partir de ahora, los poderosos podrán tener mayor influencia en la política de su país según como les convenga.

O sea, para hacerse más poderosos.

Vamos, digámoslo abiertamente: se podrá comprar políticos abierta y legalmente.

Al mejor postor.

Es el triunfo del dólar.

De ese dólar que cuando está a punto de caer al precipicio no duda en servirse de aquellos a los que ahora les niega un simple sistema sanitario público decente.

Un par de minutos escuchando la radio han servido para radiografiar al Género Humano actual. Son cinco retratos del mundo de hoy.

Que tengan un domingo agradable.

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HjorgeV 23-01–2010

¿UN LOCO SUELTO O EL CRISTO ETERNO?

Tiene el cabello corto y completamente cano.

No aparenta los 52 años que acaba de cumplir hace diez días.

Cámaras de todo el mundo lo fotografían y filman a la salida de la cárcel tras casi 30 años de internamiento.

El hombre parece sentirse el Centro del Universo.

(Cada persona lo es, después de todo, a su manera. Por lo menos del suyo propio.)

Su nombre es Mehmet Ali Agca y su primer anuncio al quedar libre es que el fin del mundo está cercano.

Da un plazo bastante generoso: “en este siglo” (que acaba de empezar).

Añade que es el Cristo eterno.

Por lo demás, estuvo a punto de matar al Papa en 1981 y dos años antes, como miembro de la organización ultraderechista turca los Lobos Grises, se había declarado culpable del asesinato político del director de un diario liberal turco, el Milliet.

Ha repetido varias veces que es el Mesías.

Una creencia como cualquier otra.

Como la que llevó al mismo Juan Pablo II a colocar la bala que atravesó su abdomen en la capilla de la Virgen de Fátima, convencido de que esta le había salvado la vida.

(El atentado ocurrió el día de la misma virgen y en el 64º aniversario de la primera aparición de Fátima.)

La rocambolesca trayectoria de Mehmet Ali Agca también se puede ver como una especie de milagro.

Uno que empieza en las calles de los suburbios de una provincia olvidada de Turquía, donde Agca se ganaba la vida vendiendo agua y los restos de carbón de las estaciones de trenes.

Que sigue con su partida a Estambul donde se matricula con documentos falsos con el fin de realizar estudios superiores.

Que continúa con su afiliación a un grupo ultraderechista nacionalista turco y una supuesta colaboración con terroristas palestinos.

Que se interrumpe momentáneamente con la acusación y captura por un asesinato político y se corona parcialmente con su fuga de una prisión militar, nada menos, y la más segura de Turquía.

Un milagro que lo lleva, en su huida, a pasar por varios países europeos con pasaporte falso, llegar a África y regresar a Europa.

Hasta aterrizar en la Plaza San Pedro de Roma el miércoles 13 de mayo de 1981.

Día en el que el sumo pontífice católico realiza una multitudinaria audiencia general para peregrinos y turistas.

Y día de la Virgen de Fátima, para más señas.

Agca se encuentra entre el público. Escondida entre sus ropas, lleva una pistola.

Una Browning de nueve milímetros con la que ya ha asesinado a alguien.

El Papa está sobre un Jeep blanco que lo pasea entre las masas, permitiéndole tocar y ser tocado como una estrella (terrestre).

Cuando pasa cerca de él, Agca suelta tres disparos.

La primera bala destroza el índice izquierdo de Karol Józef Wojtyla, el Papa polaco.

La segunda roza su antebrazo derecho.

La tercera penetra a su abdomen y destroza partes del intestino delgado.

El Papa cae gravemente herido. Agca es detenido inmediatamente.

En sus bolsillos lleva una nota en turco, su idioma:

“Yo, Agca, he disparado al Papa para protestar contra el imperialismo de la Unión Soviética y de EEUU”.

Condenado a cadena perpetua en un juicio sumarísimo, ingresa a prisión.

Queda un Papa que se debate entre la vida y la muerte.

Y quedan sus contradictorias, absurdas y descabelladas afirmaciones: ya no es musulmán, es “ateo”, es la “reincarnación de Cristo”. El atentado es obra del servicio secreto búlgaro, les grita a los periodistas.

¿La mejor?

Acaso la siguiente: ser el “instrumento inconsciente de un plan misterioso”.

Su milagrosa trayectoria, delirante y esquizofrénica, se completa cuando es perdonado y visitado por su propia víctima –el Papa- y posteriormente es indultado por el mismo país europeo que lo había condenado a cadena perpetua y a una condena de aislamiento especial: Italia.

A pedido del mismo Papa.

Ponson du Terrail, el novelista francés del siglo XIX a quien nuestro idioma le debe el vocablo ‘rocambolesco’ (por su personaje Rocambole), bien podría haber tomado a Mehmet Ali Agca como uno de los personajes de sus novelas.

La Iglesia católica, por su parte, tan aficionada a los misterios y las conjuras, tuvo el detalle de anunciar el esperado Tercer Misterio de la virgen de Fátima un mes antes de que Agca saliera en libertad gracias al indulto.

En el 2006, una comisión del Parlamento italiano quiso llegar al fondo del asunto.

Se llegó a la conclusión de que el atentado había tenido su origen en una orden dada por Leonid Brézhnev al GRU, el servicio secreto militar de su país creado por Trotzky en 1918 y que aún existe.

(No confundir con la KGB, ya desactivada.)

Atentado realizado, además, con la simpática colaboración del servicio secreto búlgaro y la Stasi de la República Democrática Alemana de entonces.

Con todo, no se llegó siquiera a descubrir cómo fue posible que Agca, a pesar de estar bajo una orden de captura internacional, pudiera pasear por Europa, dar el salto a África y regresar a suelo europeo, con la pistola con la que ya había asesinado antes y en una época en la que no existían los pasos libres como ahora.

El atentado del 13 mayo de 1981 al Papa guarda cierta similitud con el atentado que desencadenó la Primera Guerra Mundial:

En ambos casos, el autor fue un joven estudiante integrante de un grupo nacionalista.

A consecuencia de la I Guerra Mundial, cayeron cuatro imperios (el austro-húngaro, el alemán, el ruso y el otomano) además de tres grandes dinastías.

El atentado al Papa católico fue el preludio del fin de la llamada Guerra Fría y de todo un bloque de países de Europa Central y del Este.

Pero, mientras que la I Guerra Mundial fue el conflicto más sangriento de la historia (con 10 millones de bajas), los cambios que se produjeron hasta el inicio de la Perestroika en 1985, la caída del muro de Berlín en 1989 y el golpe de estado en la URSS en 1991 que significó su disolución, se hicieron prácticamente sin derramamiento de sangre.

Quedan varias incógnitas.

¿Por qué un ultraderechista asesinó a un periodista liberal y luego lo intentó con un Papa que abogaba por los cambios políticos hacia la derecha en los países del bloque oriental-comunista?

¿Quién lo ayudó logísticamente para moverse con un pasaporte falso por Europa con la libertad de un turista actual y terminar con su pistola en plena Plaza de San Pedro?

¿Cómo pudo recuperar la Browning de su primer asesinato tras huir de una cárcel militar de alta seguridad?

Probablemente nunca se sepa la verdad.

Si Agca siguió un papel que le habían encomendado, lo ha hecho casi a la perfección hasta ahora.

Fingiendo lo que tenía que fingir, nos ha vendido la Luna, el Sol y las estrellas.

También puede tratarse de un simple mentiroso compulsivo, patológico.

¿Qué es Agca ahora?

¿Un loco suelto o el “Cristo eterno”?

¿O acaso un personaje capaz de aclarar todo un oscuro pasaje de nuestra historia reciente?

En todo caso, tras ser puesto en libertad el lunes pasado, ya ha anunciado que publicará sus memorias y hará revelaciones.

Se dice que exige una suma de siete millones de euros por la exclusiva.

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HjorgeV 20-01-2010

Fuentes:

http://www.stern.de/panorama/papst-attentaeter-ist-frei-die-wirre-welt-des-ali-agca-1535938.html

http://de.wikipedia.org/wiki/Mehmet_Ali_A%C4%9Fca

http://www.elmundo.es/elmundo/2006/01/08/internacional/1136756043.html

HAITÍ Y SUS OPORTUNIDADES

Sigo con estupor creciente las noticias de la prensa europea sobre la catástrofe haitiana.

Por lo menos aquí en Alemania, los medios se refieren solapadamente a Haití, como hasta hace poco (veinte o treinta años atrás) se referían a toda Latinoamérica.

¡Tantas oportunidades y recursos desperdiciados!

Ese era (y vuelve a ser ahora) más o menos el tenor de cierta opinión mayoritaria.

Incluso, se recuerda hoy en los medios alemanes que Haití llegó a ser la colonia más próspera del Caribe y que fue el primer país en el mundo en el que los mismos esclavos consiguieron su libertad.

Sin embargo (parecen quejarse amargamente y es la opinión más o menos generalizada, aunque, repito, solapada, para que no vaya a sonar a racismo, seguramente): ese país ahora azotado por una terrible catástrofe no ha sabido aprovechar sus oportunidades.

El discurso me hace recordar lo que se dice en EEUU de la etnia que hizo posible la riqueza, el desarrollo y el avance como potencia mundial del país del norte sin que hasta ahora haya sido resarcida económicamente de manera conveniente y generosa:

«Ahora tienen todo a su favor y a pesar de eso no consiguen salir de la pobreza, de la ignorancia ni de la delincuencia».

Por otra parte, sin embargo, veo que los medios han ocultado muy bien la exagerada, inhumana y mortal deuda externa que Haití se vio obligado a pagarle a Francia durante casi un siglo a cambio de su libertad como esclavos.

¿Qué país europeo pagaría puntualmente sus deudas durante un siglo sabiendo que eso lo llevaría a la ruina?

¿Qué han hecho las grandes empresas de EEUU, por ejemplo, no hace mucho cuando se vieron al borde del precipicio y de la desaparición?

Socializaron sus pérdidas, repartiéndolas entre todos los contribuyentes.

¿A cambio de qué?

De nada.

Esa misma oportunidad no la ha tenido Haití.

En Alemania todos saben que el país sigue «avanzando» gracias a un método muy práctico y que no le cuesta nada a los políticos de hoy: aumentar la deuda casi criminalmente, cargándola sobre las futuras generaciones.

Método que la gran mayoría de países europeos está siguiendo también.

Esta oportunidad no la ha tenido Haití en los últimos años.

Cuando los llamados conquistadores españoles llegaron al Perú, se encontraron con un Imperio andino, el de los Incas. Antes que ellos, a lo largo de la costa peruana habían sucumbido una serie de culturas y pequeños imperios de cuya grandeza hablan hoy los restos arqueológicos y las tumbas encontradas.

¿Por qué desaparecieron y era un imperio andino y no costeño el más fuerte a la llegada de los inmigrantes españoles?

Porque fenómenos naturales como el del Niño, terremotos y sequías habían acabado paulatinamente con las grandes culturas costeñas del antiguo Perú: esas que hasta hoy asombran por sus conocimientos de astronomía, su sentido social y su arte al trabajar el oro y la plata.

Hoy, las ciudades de la costa del Perú que construyen siguiendo principios antisísmicos pueden salvarse de los continuos terremotos que azotan a toda la costa del Pacífico. (O son pueblos tan pobres que apenas tienen algo que perder en esos casos.)

Esta oportunidad, de construir antisísmicamente, no la ha tenido Haití.

Como ya lo dijo (aunque de muy mala leche) Arturo Pérez-Reverte alguna vez:

«Las playas de tal o cual sitio son idílicas precisamente porque, segura de que allí cada cierto tiempo el mar pega un sartenazo, la gente se iba a vivir a otra parte, por si acaso. Los maremotos, por tanto, no son culpables de nada. Siempre estuvieron allí»

Ni siquiera esa oportunidad han tenido muchos haitianos, porque en su desesperación han terminado alimentado numerariamente los cordones de pobreza de la capital.

El drama de Haití seguirá extendiéndose infinitamente si quienes desean ayudar ahora, no entienden que es mejor enseñar a pescar que dar de comer a un hambriento.

Si no entienden que la única garantía de progreso real de cualquier país siguen siendo la educación y la cultura.

Y no solo mostrar la billetera para entregar dinero, que -mal entregado- se perderá en el camino.

¿De qué vale gritar a los cuatro vientos que Haití no funciona debido a la ausencia del Estado, es decir, de una organización estatal mínima y fundamental, y después quejarse porque la ayuda que se entrega no llega a los necesitados?

¿Cómo va a llegar si ya se sabe que no existen infraestructuras ni organizaciones mínimas, si no existen redes ni canales de distribución ni abastecimiento?

¿De qué vale enviar millones y millones de euros que no llegarán por la misma razón y que solo servirán para alimentar la cleptocracia del país y crear nuevos círculos de poder con más dinero para comprar armas?

(Cierta ayuda es necesaria e indispensable, eso está claro. Pero a partir de ciertas proporciones, cualquier ayuda adicional es ayuda perdida si no va acompañada del correspondiente apoyo logístico en la organización.)

¿Qué sentido tiene  enviar dinero a alguien que no sabe cómo administrarlo simplemente porque no ha pasado por esa experiencia o ni siquiera lo conoce?

Gran parte de los alimentos enviados como ayuda se perderán no porque los haitianos sean malos y perversos con sus propios compatriotas (en todo caso,  los que lo son no tienen por qué ser peores que aquellos banksters que pusieron hace poco al mundo al borde del colapso y empobrecieron a millones de familias de todo el planeta), sino porque como ya lo sabe todo el mundo no existe en Haití una mínima organización ni canales para conseguir su reparto.

Haití está haciendo lo que ha venido haciendo desde hace casi exactos 206 años, desde que consiguiera su independencia de Francia (no 204 años, como apunta un diario europeo, como si el articulista no supiera restar o no se hubiera esforzado por documentarse correctamente) el 1º de enero de 1804:

Sobrevivir en las condiciones más difíciles y adversas.

La catástrofe haitiana, la tragedia de Haití está sirviendo para demostrar que el ser humano ha llegado a la Luna, puede comunicarse en un segundo con cualquier parte del mundo, sabe construir los automóviles más veloces e inteligentes de la historia, pero es incapaz de organizar una simple ayuda a gente indefensa.

Y todo esto a pesar de que cuenta con todas las ventajas.

¿Quiénes son los verdaderos atrasados, subdesarrollados y testarudos en este caso entonces?

¿El hombre o la mujer que se lleva una bolsa de comida de un supermercado destruido para poder sobrevivir y no morirse de hambre?

¿O aquellos que teniendo todas las ventajas que da la historia, la ciencia y la tecnología (además de la panza llena) no están haciendo otra cosa que algo parecido a lanzar millones de billetes desde un avión destinados a quienes lo que verdaderamente necesitan es simple pan, medicinas, educación y escuelas, además de mucho consuelo?

(Olvidémonos por un momento de los que creen que controlar un tipo de terror, pero imponiendo otro -con ayuda de las armas-, es una buena ayuda.) (Aunque Francia y Brasil ya empezaron a quejarse de la prepotencia de las fuerzas militares de EEUU.)

Creo que con justicia los haitianos ahora podrían decir:

¡Tantas oportunidades y recursos desperdiciados!

Ahora tienen todo a su favor y a pesar de eso no consiguen salir de la pobreza (de miras), de la (verdadera) ignorancia ni de la delincuencia (financiera de sus propios países).

Occidente está sellando la tumba de su país más pobre al brindarle prácticamente solo caridad arrogante.

La Europa que en casa recorta con tijera grande y masivamente gastos en Educación, Cultura y Solidaridad, está desperdiciando una vez más una oportunidad histórica para hacer las cosas verdaderamente bien allí donde más se necesita.

Que por lo menos los europeos no les echen (toda) la culpa a los haitianos y sepan reconocer sus propias grandes deficiencias, sus ominosos errores históricos y sus severas limitaciones a pesar de ser los más favorecidos de esta Humanidad actual.

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HjorgeV 18-01-2010

HAITÍ Y FRANCIA: UN NEGOCIO DE UN SIGLO

Son cuatro islas.

Las mayores del Caribe y llamadas por eso las Antillas mayores.

Los primeros europeos que las pisaron las llamaron Juana, Santiago, Española y San Juan Bautista.

Hoy son conocidas, respectivamente, como Cuba, Jamaica, La Española (o Isla de Santo Domingo o Hispaniola en inglés) y Puerto Rico.

A La Española llegó Cristóbal Colón el 5 de diciembre de 1492 durante su primer viaje y a sus orillas se hundió su nao capitana, la Santa María, veinte días después, el día de navidad.

Con los restos del navío construyó el primer asentamiento español (y europeo por tanto) en América, el Fuerte de Navidad.

Lo hizo con ayuda de Guacanagaríx, un cacique de etnia taína de las cinco cacicazgo o naciones de aborígenes arawak, caribes y taínos que vivían en La Española antes de la llegada de los españoles y que no sobrevivieron a los enfrentamientos con los invasores, ni a las enfermedades que traían ni a sus masacres como poder colonial.

Un año después, el mismo Colón fundó La Isabela, la primera ciudad europea en América.

Pocos años después, también en La Española, en 1496, Bartolomé Colón fundó Santo Domingo de Guzmán, la ciudad más antigua fundada por europeos en América, cuando ya apenas quedaban aborígenes en la isla.

Los taínos llamaban a su isla Aytí.

De allí proviene el nombre de uno de los dos países en que hoy se divide La Española: Haití y la República Dominicana.

Santo Domingo de Guzmán no solo dio nombre a la actual capital de este último país, fue también el nombre con el que durante mucho tiempo se conoció a la isla de 600 kilómetros de longitud y 241 de anchura máxima.

¿Cómo llegó a dividirse La Española (o Santo Domingo) en dos países de lenguas diferentes?

Sucedió, entre otras cosas, por el efecto de la llegada a América de emigrantes que amaban el peligro, odiaban el trabajo y ambicionaban la riqueza ajena:

Los piratas europeos del Caribe.

Vulgares ladrones de mar que vivían al margen de toda ley y que tuvieron su época de oro, literalmente hablando, durante los siglos XVI y XVII.

Ocurrió más o menos así.

Tras firmar la paz España e Inglaterra, Portugal y España quedaron como las únicas naciones comerciantes entre el Nuevo Mundo y Europa.

Hasta que otros europeos se enteraron de que los barcos españoles partían con mercancías y regresaban llenos de oro y plata.

Y también de que, debido a la larga travesía, debían repostar, es decir, reponer provisiones, pertrechos y combustibles, en las islas del Caribe.

Entonces aparecieron los primeros ladrones marinos venidos desde la lejana Europa.

España, en su intento de frenarlos, prohibió el comercio con el Nuevo Mundo a todo barco no español. Con un solo fin: poder considerar como pirata a todo barco navegando en “sus” aguas.

Inglaterra notó muy tarde que había hecho un mal negocio firmando la paz con España.

Junto con Francia, vieron en un comienzo cómo España y Portugal se enriquecían prácticamente del “aire”: o sea, del oro de los Incas, básicamente, y del trabajo de sus esclavos aborígenes y africanos.

Hasta que Francisco I reaccionó.

Ya que Francia no tenía marina, por lo menos podía estimular a los armadores particulares en su afán de “compartir” el oro sudamericano.

¿El resultado?

Hacia 1537 el Caribe ya se encontraba infestado de inmigrantes franceses dispuestos a todo. Poco después aparecen los primeros ingleses bajo la protección de la reina Elizabeth.

(Algunos piratas como Francis Drake cruzaban el Estrecho de Magallanes y recorrían las costas sudamericanas aterrorizando las poblaciones costeras.)

La Española era entonces una isla próspera (gracias al trabajo de los esclavos y las tierras robadas a los taínos, arawaks y caribes).

Tan próspera, que casi un siglo después, en 1605, el comercio informal de los colonos criollos asentados en las bandas norte y oeste de la isla empezó a ser un dolor de cabeza para el régimen monopólico de la corona.

Ese año, el gobernador español Antonio de Osorio de la isla ordenó la despoblación de esas áreas de la isla –las llamadas devastaciones de 1605- aduciendo la lucha contra el contrabando y la penetración religiosa protestante en la isla.

En la región oeste de esas áreas despobladas de La Española empezaron a asentarse entonces dos personajes venidos de la Vieja Europa: los bucaneros, hombres que vivían del comercio de carne ahumada, pieles y tabaco, y los filibusteros,

Los bucaneros eran aventureros principalmente franceses que habían aprendido de los arawaks las técnicas de conservación de la carne mediante el ahumado sobre una parrilla (bucan) y usaban sus conocimientos de preparación de las pieles de esos animales para hacer comercio costero con los piratas y los galeones españoles y portugueses de paso por el Caribe.

(Posteriormente, exterminados sus animales por las autoridades españolas y perseguidos por las nuevas francesas, se dedicaron a una de las actividades más lucrativas de los europeos de entonces: la piratería de esos mismos galeones que otro tipo de piratas europeos cargaban con el oro de Perú y Bolivia.)

En 1697, el rumbo de la historia de La Española vuelve a cambiar.

En el marco del tratado de Rijswijk, firmado en esa ciudad de los Países Bajos, se pactó el final de la llamada guerra de la Gran Alianza, que había enfrentado a Francia contra la alianza formada por España, Inglaterra y el Sacro Imperio Romano Germánico, un conglomerado de estados de Europa Central.

Por ese tratado, Francia se quedó con la parte occidental de La Española y España recuperó Cataluña, entre otros puntos del acuerdo.

¿Qué hace Francia con La Española?

Secuestra decenas (¿cientos?) de miles de esclavos africanos y los pone a trabajar en la isla.

En la época colonial, Haití llegó a ser por eso, uno de los países más ricos del Caribe.

Hasta que los esclavos se rebelaron y consiguieron que Francia les reconociera su independencia.

Haití, se convirtió así en el primer país en obtener su independencia en América, solo después de EEUU.

Y en el primer caso de abolición de la esclavitud por los mismos esclavos.

Pero todo no era -no podía ser- color de rosa.

Francia vendió cara la independencia de 1804 a los esclavos africanos haitianos.

Haití tuvo que pagar durante casi todo un siglo –XIX- un total de 90 millones de francos de oro, lo que hoy haría un equivalente a 17 milliardos de euros.

Tras la independencia, los antiguos esclavos se repartieron las grandes plantaciones entre todos, con una consecuencia inmediata: la exportación de productos agrícolas de la isla se vino abajo.

Varios intentos de elevar la productividad del sistema de pequeñas parcelas, entre ellos el Code Rural de 1826, fracasaron por todo lo alto.

El fin de la esclavitud en Haití, significó así el comienzo de una ruina que ya dura más de dos siglos y que tuvo su origen no en la abolición de la esclavitud.

Sino la desvergüenza francesa.

La de cobrar durante casi un siglo por lo que habían robado, en realidad.

Lo que llevó al país directamente a la ruina.

Seguramente otra hubiera sido la historia si el Estado haitiano y su sistema de pequeñas parcelas implantado tras la liberación y la independencia, no se hubiera visto gravado durante casi cien años por un pago sinvergüenza y leonino.

Iniciado el caos, el país se convirtió en víctima de sus propios dirigentes: cleptócratas ávidos por copiar las costumbres aprendidas de los españoles y franceses coloniales: quien tiene el poder y las armas, hace lo que quiere.

De 1915 a 1934, EEUU creyó haber descubierto una nueva colonia moderna en Haití y lo invadió durante esos años, profundizando aún más una certeza en su población: el poder de las armas es lo único que vale.

Hoy Haití es un país desorganizado, en el que huracanes, terremotos, la deforestación, las maquilas y el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que acabó con lo que quedaba de agricultura, han multiplicado la pobreza.

En su desesperación, los campesinos pobres se sirven hasta de matorrales para alimentar el fuego para poder cocinar, agravando la deforestación del país y ahondando con ello su propia tumba.

Haití podría ser un país pobre, con playas idílicas, un Estado incapaz como producto de su particular historia y el azote periódico de terremotos y huracanes.

¿Pero por qué más que eso?

Lo peor que le puede pasar a Haití después del terremoto del martes pasado es que el resto del mundo, y especialmente Occidente, del cual Haití es su país más pobre, siga permitiendo su verdadera ruina:

La violencia.

La violencia que se multiplica e impone debilitando al Estado gracias a las armas que llegan a la isla y que el mismo Occidente les vende.

Fácilmente se olvida o se ignora que la historia de países como Haití (y las consecuencias de hoy) está íntimamente ligada a Europa en su origen.

¿Qué pasaría, por ejemplo, si franceses, españoles o alemanes tuvieran que pagar a los piratas somalíes de hoy durante ¡todo un siglo! solo para terminar en la ruina?

Para colmo de males, hoy se ha dado a conocer que EEUU está estudiando (¿creerán que hay petróleo o cuáles son sus verdaderos intereses: una expansión disimulada bajo la apenas discreta forma de un protectorado?) enviar a sus marines.

Con la terrible y machacona enseñanza que eso tendría como consecuencia y que es lo que menos necesita la población de Haití hoy:

El poderoso lo es porque tiene las armas.

Tenerlas es la clave.

(O venderlas, que es lo mismo.)

Y que es una de las grandes razones por las que no puede existir un Estado que funcione en el país que dio el primer ejemplo al mundo en cuestiones de esclavitud y alguna vez fue el más próspero del Caribe.

Lástima que Europa tenga un gran problema con sus recuerdos.

No solo con los concernientes al siglo XX pasado y sus Adolfos, Benitos y Franciscos. (De EEUU mejor no hablar.)

Lo digo, porque leyendo las noticias de los medios europeos no puedo dejar de pensar que muchos ciudadanos de Europa deben creer ahora que debería volver la Colonia para que funcione todo otra vez en Haití.

Hay que saber aceptarlo, me digo.

La ignorancia no es potestad de los más pobres y desgraciados.

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HjorgeV 15-01-2010

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Fuentes:

http://es.wikipedia.org/wiki/Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n#Primer_viaje_.283_de_agosto_de_1492_-_15_de_marzo_de_1493.29

http://de.wikipedia.org/wiki/Hispaniola#Ursprung_der_Namen

http://es.wikipedia.org/wiki/Pirater%C3%ADa

http://www.familia.cl/cultura/piratas/piratas.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Bucanero

http://es.wikipedia.org/wiki/Antonio_de_Osorio

http://www.elmundo.es/america/2010/01/13/noticias/1263353645.html

http://www.elpais.com/articulo/opinion/solo/racismo/elpepiopi/20100113elpepiopi_7/Tes

http://www.elpais.com/articulo/portada/Testigo/horror/piedra/sol/elpepusoceps/20090510elpepspor_7/Tes

http://de.wikipedia.org/wiki/Haiti

POSTALES DE ALEMANIA: AMOR PATRIO

Después de años de vivir en este país, vengo a darme cuenta de que lo mejor que me cae de Alemania es también uno de sus más mentados -y supuestos- defectos.

Lo he vuelto a ‘descubrir’ ahora que acabo de pasar casi dos semanas sin conexión a la Red y me he puesto a revisar como un lobo hambriento los medios alemanes: abres Der Spiegel y lo primero que te encuentras es con el rostro de Angie Merkel.

Qué país para aburrido este.

(Lo bueno es que eso te permite concentrarte en tu trabajo.)

Mejor dicho, para ser más justos:

Qué aburrido puede ser este país.

Nos lo dijo de una forma indirecta y patética, aunque felizmente graciosa, un joven universitario el otro día en Colonia y en plena calle.

Demostrando, de paso, la relación que tienen las nuevas generaciones alemanas (no todos, claro) con su propio país.

Habíamos salido de comer excelentes churrascos en el Colina, un restaurante de Colonia fundado por un cubano, hoy de dueños colombianos y parrillero peruano.

Estábamos con una pareja vecina amiga y nos dirigíamos al parqueo donde los amigos habían dejado su automóvil.

Colonia vestida de blanco (por la nieve) es algo que debo haber visto menos de cinco veces en los más de veinte años que llevo en este país.

Y cada vez es un espectáculo que merece ese nombre para mí.

Uno que me hace pensar en la sensación que se debe sentir cuando una ciudad cambia de golpe -de un día para otro- de aspecto.

Colonia lo conoce.

Más del 80% de la ciudad quedó destruido tras los bombardeos de los aliados en la Segunda Guerra Mundial.

(Aquí otro gran ejemplo de terrorismo antiguo, puesto que bajo el pretexto de acabar con Hitler, se bombardearon ciudades enteras y reductos claramente civiles, algo que los tratados y convenciones internacionales explícitamente prohíben. Más o menos lo que hizo Israel en Gaza ahora hace un año casi exacto.)

El cambio de imagen que produce la nieve, en cambio, es de aquellos inocuos, pacíficos, sin mayores consecuencias.

El solo hecho de observar cómo todo parece empezar a detenerse, con peatones y vehículos lentificando sus movimientos para no patinar por el hielo, es todo un espectáculo.

(Por estos días lo han vivido ciudades como Sevilla, ciudad que no había visto cuajar a la nieve desde 1954. También en Madrid ha nevado hasta cinco veces en las últimas seis semanas y en tres de ellas la nieve se ha quedado cubriendo sus calles y edificios.)

Como venía diciendo contando, nos encontrábamos caminando por una de las calles principales de la ciudad, cuando tres jóvenes universitarios (una chica y dos chicos) nos preguntaron por cómo llegar a la universidad.

Se les veía alegres y contentos, marchosos, como se diría en España.

El último trago en el restaurante había sido un (buen) cubalibre y lo recordé porque uno de los jóvenes llevaba una botella de coca cola en la mano, de la que bebían los tres.

Como la cena había sido excelente y los tragos también, imité, por bromear, el acento italiano al explicarles el camino.

Y resultó que uno de los muchachos hablaba italiano, lo cual me llevó a completar mi chanza, haciéndome pasar por italiano.

-¡Yo amo Italia! –me dijo el joven.

-¿Y yo que culpa tengo? –le pregunté, provocando la carcajada de sus compañeros.

-No, de verdad. Amo a su país.

-Era una broma –le dije.

-¿No eres italiano? -negué con la cabeza-. ¿Español?

-Peor –le respondí, recurriendo a una respuesta estándar que suelo usar en esos casos-. Peruano.

El hecho es que luego de intercambiar cierta -y cortísima- información personal y reír un poco más, antes de despedirnos para siempre les comenté que en mi adolescencia también solíamos beber de una botella de cola antes de entrar a una fiesta.

-Pero era una bebida con sabor de piña y mezclada con ron –añadí, demostrando cierta compasión y recordando el famoso Ron con Piña (la marca era Canada Dry) que tomábamos con cañitas (que también llamábamos sorbetes, porque sirven para sorber) con el fin de emborracharnos más rápidamente y llegar entonaditos al tono o fiesta.

-¡Prueba! –me respondieron los tres, al unísono.

-Y del bueno –comenté, después de tomar un trago, refiriéndome al ron que habían utilizado para la mezcla-. En la proporción adecuada. Ni muy suave ni muy fuerte.

Me guiñaron el ojo, llenos de orgullo.

Antes de perderlos de vista, le pregunté en voz alta al “italiano”:

-¿Y, al final, de dónde eras?

-¡De Heidelberg! –contestó gritando, debido a la distancia, y lamentándose-. ¡Pero cómo quisiera ser italiano!

Nos reímos todos, claro; los siete.

Cada uno por distintas razones; yo, entre otras razones, para disimular el triste mensaje implícito en esa confesión: ¡Solo soy un maldito alemán!

¿Cuántas veces no hemos renegado de nuestras señas de identidad: de nuestra nariz o estatura, de nuestro aspecto en general; de nuestra misma familia, o hasta de nuestra procedencia como si la hubiéramos escogido al nacer?

(La pregunta me hizo recordar un artículo del escritor español Arturo Pérez-Reverte: Permitidme tutearos, imbéciles.)

¿Quién está libre de hacerlo?

Ese muchacho, siendo alemán, se atrevió a decirlo abiertamente, en su propio país y en voz alta.

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HjorgeV 12-01-2010

DOMINGO (Peoma)

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domingo vengativo

habitación cerrada

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tras despertar de un corto sueño diurno,  la

sensación de ser un número cualquiera:

la cifra de la lotería que vuelve al ánfora

tras ser leído el premio mayor:

un simple guarismo extraviado

.

he observado las paredes

preguntándome si debía sentir

pánico

.

pero es simplemente domingo

.

el día que se tambalea en el difícil

y oscuro equilibrio del tiempo

y que solo está hecho de papel

como cualquier hoja del almanaque

.

no respiro en este día:

arrastro mi respiración como quien

empuja una carreta para ganarse la vida

.

(en los estremecimientos que les buscamos

a las palabras, hay incontables caminos recorridos,

hay huellas y banderas clavadas, destinos cruzados)

.

domingo

sepulturero mayor

.

no hay modo de quitarme de la cabeza

la certeza de haber vivido ya estos momentos

de que alguien nos permite repetir un paseo que

alguna vez supimos de memoria

pero solo para burlarse:

el entretenimiento de un dios lejano y tonto y absurdo

y perverso que se complace maliciosamente

con ver tu rostro

mareado por la confusión

.

entonces vuelves a ver bien

por si puedes haberte equivocado

pero no

es el día exacto:

.

es domingo

.

y ya ha empezado a llover en tu cuarto

.

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HjV 10-12-2010