¿DE QUÉ MUEREN LAS ESTRELLAS? (IV)
Inicié esta serie con una tesis.
Cuando dos tabús (la muerte, las drogas) convergen, forman uno de los más grandes tabús humanos: la muerte por uso de drogas.
Esto podría explicar parcialmente por qué en un caso así se suele ocultar parte de -o toda- la verdad.
Me explico.
Cuando alguien muere por una sobredosis de alcohol, a nadie se le ocurre decir que murió por “ingestión de drogas”.
En cambio, cuando alguien muere por su adicción a las drogas llamadas duras, suele solaparse la información (especialmente si se trata de un personaje famoso) ocultándolo bajo el título genérico de ‘drogas’.
Peor aún, se suele mostrar el efecto como la causa: muerte por tranqulizantes, se dice, pero sin mencionar por qué tuvo que tomar esa persona tantos tranquilizantes.
Mi tesis es que se trata de ocultar a la cocaína por todos los medios.
¿Por qué, siendo la cocaína una de las drogas que más noticias provoca en los medios de comunicación, es decir, una de las que más se trafica, apenas se conoce a sus consumidores?
Hago un paréntesis perfectamente paradigmático.
Acababa de escribir estas líneas, cuando me topé con un artículo sobre la historia de una modelo muy famosa, Karen Mulder.
Mulder, después de haber sido una de las grandes modelos de la década pasada, se atrevió a romper el tabú y hablar abiertamente de cómo:
“la explotaron sexualmente, la violaron y la obligaron a consumir drogas los empresarios del mundo de la moda, incluidos algunos altos cargos de la agencia Elite que estaban presentes en el programa y hasta un miembro de la familia real de Mónaco”.
No es una broma.
Se puede leer el artículo aquí.
Por si a alguien le queda alguna duda de a qué “drogas” se refería, el mismo artículo lo aclara:
«El padre, Ben Mulder, dijo después al diario británico Daily Mail que fueron la cocaína y la certeza de que su vida de modelo se acababa lo que la hundieron en ese agujero negro. Pasó tres meses en el hospital y desmintió públicamente cuanto había dicho de Mónaco y de los directivos.
Meses después de salir del hospital, su ex novio, Jean Yves Le Fur -un joven empresario que tuvo un romance con Estefanía de Mónaco, entre otras-, la encontró tirada en su apartamento con un puñado de barbitúricos en el estómago, según dijeron los médicos.»
Es decir, con Karen Mulder se habría vuelto a tener otro caso como el que nos ocupa: el uso de un poderoso estimulante (cocaína), pero la muerte habría sido asignada a “un puñado de barbitúricos en el estómago”.
(Por haber dicho la verdad, se quedará injustamente con el sambenito de La Bella Trastornada.)
¿TRANQUILIZANTES PARA TRANQUILIZAR QUÉ?
La muerte (prematura) de muchas de las llamadas estrellas como Monroe, Presley y Jackson, suele ser atribuida a “pastillas”, “barbitúricos”, “narcóticos”, “medicamentos”, “sedantes” o “tranquilizantes”.
De lo que se conoce de los tres ejemplos aquí tomados, tanto el cadáver de la Monroe, de Presley como el de Jackson, presentaban el mismo tipo de drogas.
Los medios dan los nombres de una serie de ellas encontradas en sus cadáveres.
Todas (o casi todas) legales.
¿Por qué ninguna ilegal?
¿Eran unas personas perfectamente respetables de las leyes a pesar de sus agudas adicciones?
¿Por qué se suele mencionar los tranquilizantes, sedantes, somníferos y calmantes, pero no lo que produce esa falta de tranquilidad, sueño y calma?
¿Por qué se omite nombrar los estimulantes que hacen necesaria la posterior ingestión de los tranquilizantes?
Mi tesis es que -por lo menos- la cocaína es la que está detrás de todo y se prefiere ocultarlo.
EL CASO DE MICHAEL JACKSON
Si lo que se ha publicado es cierto, el Rey del Pop utilizaba varios nombres falsos (entre ellos el de su guardaespaldas) para adquirir las sustancias legales que ingería.
Omar Arnold y Jack London (curiosamente, el nombre del famoso escritor usamericano de comienzos del siglo pasado que suicidó a la edad de 40 años acosado por su alcoholismo y sus problemas financieros) habrían sido los nombres más frecuentes para conseguir sus dosis del potente analgésico Demerol que utilizaba para combatir su insomnio.
Quedan muchas incógnitas sobre su muerte.
Tomo una anecdótica para comenzar.
El control del pulso en la ingle de Jackson.
No hay que ser médico para imaginarse que el pulso más fuerte se obtiene lo más cerca de la zona de bombeo, es decir, del corazón.
Sin embargo, su médico Murray ha declarado que le tomó el pulso en la arteria femoral (cerca de la ingle).
De haber estado vestido, perdió tiempo en desnudarlo y de todas maneras llamó u ordenó llamar a la ambulancia cuando ya era demasiado tarde.
¿Por qué?
¿Simple negligencia médica?
Por otra parte, es conocido que el incremento del uso de barbitúricos, a diferencia de otras drogas, no aumenta la resistencia del cuerpo hacia ellos.
Es decir, un aumento de la dosis “calmante” era obviamente peligrosísima en el caso de alguien como Michael Jackson con un historial drogadicto de años, acaso décadas.
¿Por qué se permitió entonces ese aumento de la dosis hasta llegar a la sobredosis?
Muchos artistas elevan la sobredosis de estimulantes y similares (desde el tabaco hasta la cocaína, pasando por el alcohol, ácidos, anfetaminas, metanfetaminas) por diferentes razones:
Simple estupidez, por creerse inmortales, por creer que el placer total les corresponde como estrellas, por simple inercia, por la lógica de la adicción.
Podemos plantear entonces dos hipótesis que se complementan.
Jackson se habría servido del uso de fuertes estimulantes (o habría aumentado su dosis) para cumplir con sus agotadores ensayos.
Este aumento de estimulantes habría provocado a su vez un incremento en la dosis de tranquilizantes que tomaba para compensarlos y poder dormir.
¿Qué estimulantes tomaba?
No se sabe.
(Me inclino por la cocaína, repito, la droga preferida en los círculos más pudientes. Existen otros: anfetaminas, metanfetaminas, el mismo alcohol.)
Segunda hipótesis.
Se habría pasado por alto el descontrol del peso del artista, alterando la dosis indirectamente.
Agradezco la mención de este punto a Eduardo Salazar, un médico peruano y aficionado a la historia de la inmigración en el siglo XIX en nuestro país. Me dice en uno de sus mensajes:
«Hay algo importante, y es que todos los medicamentos se dan por kilo de peso, en niños, y el principio es el mismo en adultos, con la salvedad de que para adultos se supone que el peso es mayor de 60 kg.
Ahí iba lo que quería comentar, que si bien es cierto un medicamento «x» no tendría mayores efectos colaterales en un tipo de 70 kg a comparación de uno de 100 kg, sí los tendría en alguien de menos de 60 kg. Y más aun, si esta persona, dados el antecedente de consumo crónico de medicamentos, tiene alguna hepatopatía de fondo (esteatosis, cirrosis, qué se yo).»
Vale decir, al mantener Jackson la dosis que antes ingería, esta habría perdido su validez al disminuir el peso del artista hasta cerca de los 50 kilos, producto de la tensión y del esfuerzo en los ensayos.
(A lo que habría que añadir la falta de apetito, siguiendo con la tesis aquí planteada, puesto que la cocaína es un potente supresor del hambre.)
¿Y su médico no se dio cuenta del peligro que corría?
Por lo que he entendido, las muertes por sobredosis se producen justamente por sobredosis y no por debilidad corporal.
Esta última agrava el cuadro solamente.
Es probable que el médico haya pensado que estaba pasando por una situación que ya conocía al encontrarlo inconsciente en su cuarto.
(¿Cuántas veces ya lo habría encontrado en ese estado? ¿Cómo así se le ocurrió entrar a una habitación privada -de su jefe, además- a ver qué pasaba?)
Es probable que Murray mirara la situación fríamente.
Sabía que el corazón de Jackson estaba ‘bien’ (sino no hubiera podido ensayar), solo había que reanimarlo.
De paso, le estaba haciendo un «favor» a su estrella y a su familia para que nadie se enterara de sus adicciones.
Cuando nota que su paciente «no regresa», se pone nervioso y cree que todavía lo puede conseguir (costillas rotas).
Es probable que lo haya conseguido una o más veces y se le haya vuelto a «ir». No lo sé. Pero esto podría explicar por qué esperó tanto para llamar a la ambulancia.
Lo cual lo descalifica profesionalmente, porque una reanimación es una reanimación, es decir, estar al filo de la muerte.
Obviamente, Murray arriesgó.
Y no su propia vida.
“QUIERO DORMIR OCHO HORAS SEGUIDAS”
¿Cómo es posible que alguien con la fortuna o, por lo menos, con los medios pecuniarios de Jackson (a pesar de que sus ingentes deudas), no fuera capaz de comprarse la tranquilidad farmacéutica para poder dormir y descansar como sí lo puede hacer el ser más pobre de este planeta?
“Quiero dormir ocho horas seguidas”, le llegó a suplicar a una enfermera.
¡Llevaba varios años sin dar un solo concierto!
¿Descansar de qué, entonces?
Sin embargo, ingería somníferos y sedantes, calmantes y anestésicos.
¿No funcionaban todos los que tomaba o qué?
Obviamente, se está ocultando cuál o cuáles eran los estimulantes que le impedían dormir.
Y que estos eran tan potentes que se veía/vio obligado a elevar las dosis de los somníferos y tranquilizantes que (ya se sabe que usaba) para contrarrestarlos.
¿O las pastillas se le caían al suelo antes de ingerirlas?
Jacko ya le había dedicado dos canciones a una de sus adicciones: Morphine y Blood on the dance floor.
Pero eso no puede ser todo.
En una entrevista con Oprah Winfrey se ve a un personaje falso, edulcorado, almidonado y amanerado, pero «contento» dentro de su piel, seguro de sí mismo, excitado.
Su dolor no se ve.
¿Cómo es posible que ese mismo personaje necesitara unas horas después ya tantas drogas para calmarse y tranquilizarse y poder dormir?
Obviamente, está bajo los efectos de algún estimulante que le regala la confianza en sí mismo, ese regodeo en el ser, tan típico del efecto de la cocaína.
TESTIMONIOS DE FAMILIARES, AMIGOS Y ALLEGADOS
«Estaba feliz», declaró Kenny Ortega, coreógrafo y director del espectáculo que quería presentar en Londres. «En varias ocasiones, la noche antes de su muerte, se sentó a mi lado durante los ensayos y contempló el escenario con la satisfacción de haberlo conseguido».
¿Dónde estaba su depresión que luego tenía que combatir con pastillas?
Lisa Marie Presley, por su parte, su esposa por 19 meses, ha contado que Jackson predijo que su muerte sería como la de su padre, Elvis Presley.
¿Se podía ser más explícito?
El mismo padre, Joe Jackson, deseaba que su hijo ingresara voluntariamente a una clínica de desintoxicación en Palmdale (California) debido a su fuerte consumo de morfina para poder mantener el ritmo de los ensayos de la gira prevista.
El padre, obviamente, sabía del peligro al que se exponía su hijo.
Liza Minnelli, amiga de Jacko, ex alcohólica y conocedora del mundillo del espectáculo y sus escándalos ha dicho:
«Menos mal que estamos celebrando ahora su recuerdo porque una vez que se conozca el resultado de la autopsia, se armará la de Dios…».
Obviamente, no se refería a lo que ya se conoce sino a algo nuevo.
¿Se conocerá el verdadero resultado de la autopsia?
Me atrevo a decir que no del todo.
Se dirá, por ejemplo, que murió por la ingestión de propofol (potente sedante de acción rápida).
Pero no cuál o cuáles fueron los estimulantes que lo obligaban a tomarlo.
$…..
Continúa…
HjorgeV 06-07-2009