«DEFORMACIONES Y DELIRIOS»

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Te observo a mi lado:

como un cazador de momentos que

ni siquiera existen en las

deformaciones del pasado, un

pescador que cree haber lanzado

su anzuelo al mar y solo es una

espesa niebla lo que tiene delante.

.

En castellano la atención se presta,

en italiano se hace, en inglés se paga.

En alemán se regala.

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Ponme tu atención o házmela.

No tienes que regalármela ni

pagármela.

Solo prestármela:

ser por fin

habitante de uno solo

de tus

instantes.

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HjorgeV 31.10.2017

MARGARITAS AL MAR

El bote nos acercó a la isla que, desde la orilla, se veía como un mundo, un planeta aparte.

Y lo era: con sus lobos marinos, pingüinos, pelícanos, gaviotas, guanays y otras aves y animales marinos muy raros de ver.

Había una mezcla de ambiente festivo y de duelo en la embarcación, como si dos grupos muy diferentes se hubieran equivocado de fecha y no les hubiera quedado otra alternativa que juntarse para compartir el transporte hacia la isla. Y luego todo se les hubiera revuelto: el éxtasis, la pena, la alegría, el dolor.

Fue muy difícil no sentir el peso de la muerte, de esa parte inseparable de la vida que tanto nos cuesta tematizar, mencionar siquiera.

Cuando lanzaron al agua las cenizas de mi padre, seguidas de las flores de los arreglos florales funerarios, sentí que eran solo dos preguntas las que se lanzaban al mar, como deshojando una margarita: ¿Moriré yo también? No moriré. Moriré. ¡No moriré!

En eso, una repentina onda marina zarandeó la embarcación y esta se elevó notablemente, cayendo luego con un golpe como el de una bofetada gigantesca.

Pasado el susto, ya nadie se atrevió a lanzar más margaritas al mar.

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HjorgeV 17.10.2017

«DECRÉPITA»

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Ahora ella está soñando:

que es su forma de

burlarse del mundo,

de sacarle la lengua a

los reveses.

.

(Cuando no sueña el espejo es su

mejor metáfora,

pero ahora duerme y

no puede preguntarle

nada a su imagen

al otro lado de la

pecera.)

.

Detrás de

la ventana -su ojo

al mundo exterior-

las hojas de octubre se

desprenden de los

árboles como cartas

que no llegarán jamás a su

destino.

.

Sin pensárselo dos veces

salta por el hueco.

A sus pies la naturaleza parece haberse

derramado 

y teme avanzar con rapidez por

miedo a tropezar y

volver a su vida

anterior.

..

Pero continúa,

decidida:

y ya es muy tarde cuando voltea y ve que

todas las siluetas

que ha dejado atrás

han decrecido y pronto

desaparecerán en el horizonte

como ideas en una mente

decrépita.

.

.

HjorgeV 08.10.2017

«LA CIUDAD A TUS PIES»

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Necesitabas el otoño

para escapar:

retroceder para avanzar.

Perderte para encontrarte.

.

Delante de ti la línea de los

tejados y edificios seccionaban

el cielo sobre el

océano.

.

Alcanzar la meta para entender

que todo siempre es en vano,

puede doler.

Llegar, pero solo como prueba de

que has partido, aunque sigas

sin saber por qué, también.

.

Con todo, por fin aterrizas.

Por el intercomunicador hablas

con frases entrecortadas,

entresangrantes.

Con un gesto de domingo (que

aturde, precisamente, porque

hoy es domingo y has acertado

por fin con nuestro primer día)

me anuncias tu decisión.

Pulso el botón y empujas la puerta.

..

(Como sabías que no serías aceptada

habías corrido a toda prisa para que las

miradas no te alcanzaran,

convencida de que un gesto

de indiferencia bastaría

para derribarte.)

(Evitabas a tus demonios

interiores sin saber que así

los alimentabas.)

.

¿Miedo al futuro

que nunca existe porque

siempre es una masa transformándose

en presente?, me preguntas.

.

Miedo al presente, te

respondes a ti misma, sentada sobre el sofá

con un vaso que elevas

como una medicina eterna

hacia tus labios.

Pero más miedo al pasado:

los puentes, los caminos

destruidos. Los amigos caídos. Los pasos

no dados. Las traiciones a

ti misma.

.

¿Quién eres?

.

No respondes.

.

Lo intenta tu pasado

desde su eterna

máscara cotidiana:

apenas dos o tres gestos

mal aprendidos.

.

Lo noto desde la silla que

he escogido para escucharte.

.

Pero pareces no entenderlo

y miras hacia afuera y

es como si el cielo

se hubiese caído de pronto

a tus pies:

.

Pero solo es nuestra

ciudad, la húmeda y

silenciosa compañera de todos

nuestros

ruegos y elevadas

desgracias

la que nos mira en busca

de respuestas.

.

.

HjorgeV 04.10.2017