.
La había amado como se aman
ciertos juguetes e imágenes de la infancia
que se han perdido para
siempre.
.
Algunos conservan muñecos de
peluche (recuerdos
de su paso por
esos años), para que los
protejan en las noches
especialmente oscuras.
.
Otros llevan el oso de
peluche directamente debajo de la
camisa, por si les llega el
inesperadamente momento de
caer por el abismo.
.
El albur de los deseos.
La magia del
paso del tiempo cuando nos olvidamos
por completo de él.
.
La había amado.
Ahora que se había citado con ella
y la espiaba desde lejos, ya no
podía entender nada.
¿Renacer para poder entenderlo
todo?
.
Entonces, cuando ella volteó para
ver si ya había llegado a la cita,
percibió a la distancia
un gran reproche mudo en su
mirada, como si le hubiera
descubierto un secreto
sin querer.
.
Siempre había sido así:
con un solo juego o pasaje
sus ojos podían ser
tan expresivos como sus
sueños más atrevidos.
..
Se lo pensó dos veces.
Habían pasado demasiados
años como para no dudar
con esmero.
Dio una vuelta y regresó.
..
Seguía sentada allí en la terraza
del bar, esperándolo.
Y el mudo reproche
parecía haber aumentado
de solo recordar todos esos años vanos.
..
HjorgeV 28-03-2015